....Sentir cierta incomodidad es parte de la experiencia de leer un libro; hay mucha más pedagogía en la inquietud que en el alivio....
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....Sentir cierta incomodidad es parte de la experiencia de leer un libro; hay mucha más pedagogía en la inquietud que en el alivio....
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“Si alguien lee para ti, desea tu placer; es un acto de amor y un armisticio en medio de los combates de la vida”
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Nos pasamos la vida haciendo listas, leyéndolas, memorizándolas, rompiéndolas, arrojándolas a la basura, tachando los objetivos cumplidos, aborreciéndolas y amándolas. Las mejores son las que conceden importancia a lo que enumeran y tratan de darle sentido. Las que acarician los detalles y la singularidad del mundo, impidiendo que perdamos de vista aquello que es valioso. Aunque ahora, en pleno bombardeo de fin de año, nos saturan tanto que apetece ponerlas en la lista negra.
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..., los clásicos son libros que, cuanto más creemos conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, ineditos resultan al leerlos de verdad. Nunca terminan de decir lo que tienen que decir....
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...Hemos llamado clásicos a toda esa hilera de palabras en equilibrio sobre el vacío...
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Los libros tienen voz y hablan salvando épocas y vidas. Las librerías son esos territorios mágicos donde, en un acto de inspiración, escuchamos los ecos suaves y chisporroteantes de la memoria desconocida.
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Detrás del exquisito trabajo del pergamino y la tinta se esconden, como hermanos gemelos rechazados, la piel herida y la sangre - la barbarie que acecha en los ángulos ciegos de la civilización -. Preferimos ignorar que el progreso y la belleza incluyen dolor y violencia. En consonancia con esa extraña contradicción humana, muchos de esos libros han servido para difundir por el mundo torrentes de palabras sabias sobre el amor, la bondad y la compasión.
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...Los libros nos siguen uniendo y anudando de una forma misteriosa.
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Necesitamos conocer culturas alejadas y diferentes, porque en ellas contemplaremos reflejada la nuestra. Porque solo entenderemos nuestra identidad si la contrastamos con otras identidades. Es el otro quien me cuenta mi historia, el que me dice quién soy yo.
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Los más de diez mil bibliotecarios que trabajan en España -cientos de miles en todo el mundo- alimentan nuestra adicción a las palabras. Son los guardianes de la droga. A ellos les confiamos la suma de nuestros conocimientos y nuestros sueños, desde los cuentos de hadas a las enciclopedias, desde los opúsculos eruditos a los cómics más canallas. Ahora que muchas editoriales destruyen sus fondos para evitar los gastos de almacenamiento, alli encontramos un depósito de las palabras descatalogadas; el cofre del tesoro.
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?