El infinito en un junco

“El libro debe ser portátil, debe favorecer la intimidad de quien escribe y lee, debe acompañar a los lectores y caber en su equipaje”

“Aunque la censura rara vez hace desaparecer las ideas que persigue —y a menudo les da alas—, los gobernantes poseen una extraña vena reincidente.”

“La lectura, como una brújula, le abría los caminos de lo desconocido.”

“Para referirse a su labor intelectual, Aristóteles eligió la palabra theoría y el verbo correspondiente theoreîn que en griego alude al acto de mirar algo. Esa elección es muy reveladora: el oficio de pensar el mundo existe gracias a los libros y la lectura, es decir, cuando podemos ver las palabras, y reflexionar despacio sobre ellas, en lugar de oírlas sólo pronunciar en el veloz río del discurso” (Pág. 105).

“Nuestra piel es una gran página en blanco; el cuerpo, un libro. El tiempo va escribiendo poco a poco su historia sn las caras, en los brazos, en los vientres, en los sexos, en las piernas [...]” (Pág. 79).

“En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo” (Pág. 40)

“No olvidemos que el libro ha sido nuestro aliado, desde hace muchos siglos, en una guerra que no registran los manuales de historia. La lucha por preservar nuestras creaciones valiosas: las palabras, que son apenas un soplo de aire; las ficciones que inventamos para dar sentido al caso y sobrevivir a él; los conocimientos verdaderos, falsos y siempre provisionales que vamos arañando en la roca dura de nuestra ignorancia” (pág. 21).