El infinito en un junco de Irene Vallejo
Nos pasamos la vida haciendo listas, leyéndolas, memorizándolas, rompiéndolas, arrojándolas a la basura, tachando los objetivos cumplidos, aborreciéndolas y amándolas. Las mejores son las que conceden importancia a lo que enumeran y tratan de darle sentido. Las que acarician los detalles y la singularidad del mundo, impidiendo que perdamos de vista aquello que es valioso. Aunque ahora, en pleno bombardeo de fin de año, nos saturan tanto que apetece ponerlas en la lista negra.
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