Eso es porque no piensan en absoluto: sólo creen que piensan. Pero lo cierto es que no son capaces de pensar, ya que por cada diez mil humanos no hay ni dos que tengan nada en qué hacerlo. Y en lo que a imaginación se refiere... En fin, ¡no hay más que ver ese cielo suyo que aceptan, aprueban y admiran! He ahí la medida de su inteligencia.
|