El hombre de tiza

Todo aquello que damos por sentado nos puede ser arrebatado sin más.

Mi vida ha estado definida por las cosas que no he hecho, que no he dicho. Creo que a mucha gente le sucede lo mismo. Lo que nos define no son nuestros logros, sino nuestras omisiones. No las mentiras; simplemente las verdades que callamos.

Supongo que fue entonces cuando comprendí por primera vez que las cosas pueden cambiar en un instante. Todo aquello que damos por sentado nos puede ser arrebatado sin más.

La muerte era algo definitivo y absoluto, y nadie podía hacer nada para remediarlo.

Hay cosas en la vida que podemos alterar —nuestro peso, nuestro aspecto, incluso nuestro nombre—, pero hay otras que nos resulta imposible modificar, por más que lo deseemos, intentemos o nos empeñemos en ello. Esas son las cosas que nos definen. No las que somos capaces de cambiar, sino las otras.

Supongo que fue entonces cuando comprendí por primera vez que las cosas pueden cambiar en un instante. Todo aquello que damos por sentado nos puede ser arrebatado sin más

Hay cosas en la vida que podemos alterar —nuestro peso, nuestro aspecto, incluso nuestro nombre—, pero hay otras que nos resulta imposible modificar, por más que lo deseemos, intentemos o nos empeñemos en ello. Esas son las cosas que nos definen. No las que somos capaces de cambiar, sino las otras.

La muerte era algo definitivo y absoluto, y nadie podía hacer nada para remediarlo.

De eso se trata, Eddie. Tienes que entender que ser buena persona no consiste en entonar cánticos o rezarle a un dios mítico. Tampoco en llevar una cruz o ir a la iglesia todos los domingos. Ser buena persona depende de cómo tratas a los demás. Las buenas personas no necesitan una religión, porque saben en su fuero interno que hacen lo correcto.

Si cometes una mala acción, está acabará por volverse contra ti y morderte el trasero. Ese chico recibirá su merecido algún día. Que no te quepa la menor duda.