El legado de las diosas

Hay libros que solo con verlos es un flechazo inmediato. El legado de las diosas fue eso para mí: un contexto histórico apasionante, con unas protagonistas llamativas, en un país que rara vez he visitado literariamente y, porque no decirlo, un libro con una portada y una maquetación preciosas. Lo tenía todo, y aunque no puedo decir que no me haya gustado, no ha terminado de cumplir con mis expectativas.

El legado de las diosas fue escrito por Katerina Tucková, una joven checa que sitúa en los montes checos esta historia donde mitología, historia y misterio se funden para contarnos la leyenda de las diosas de Zitkova. Y lo hará a través de Dora, la protagonista, la última de una estirpe en extinción que investigará el por qué su tía Surmena fue denunciada y posteriormente llevada a un psiquiátrico dónde fue torturada.

Cuando comencé el libro, la historia, el contexto y los paisajes me estaban envolviendo y capturando, pero a medida que avanzaba la historia, iba perdiendo el interés. Aunque como digo, la historia merece la pena descubrirla, creo que la forma de contarla juega muy en contra del libro. Mientras leía, sentía que la exposición de la historia es un tanto caótica, con múltiples saltos temporales que muchas veces no sabes en qué punto te encuentras y en otras muchas ocasiones no sabes hacia dónde quiere ir. Por otro lado, la exposición de los datos no es del todo amena. En vez de contar la historia tal como ocurrió, tenemos a Dora leyéndonos multitud de informes recuperados en registros dónde en ocasiones tiende a ser repetitivo.

No obstante, con esto no quiero decir que todo sea malo. Como digo, la historia es muy envolvente a parte de extremadamente original. El realismo mágico o mitológico o como se quiera denominar hace acto de presencia y está muy bien incorporado en la historia. No molesta y de hecho está más que justificada su aparición. También creo que la documentación histórica es muy interesante y a mi desde luego me ha llamado mucho la atención la figura de estas diosas y su relación con los pueblos germanos antiguos, bastante desarrollado en el libro.

En definitiva, aunque no es una novela perfecta, es una lectura fácil y entretenida.

"En las cumbres de los Cárpatos Blancos, en la comunidad de Žítková, se encuentran agazapadas unas pocas casas. Todo queda muy lejos. Allí, dicen, desde tiempos inmemoriales un linaje de mujeres con unas facultades excepcionales ha logrado preservar un conocimiento y una intuición que han pasado de generación en generación durante siglos. Sanadoras, sabias y videntes, transmiten su arte de madre a hija, y se las llama «diosas». Si se dice que ven el futuro, ¿por qué no han sabido protegerse del suyo?"

El punto de partida lo marca Dora Idesová, la última mujer perteneciente a esta estirpe aunque ella no crea en estas cosas. Empieza alternando con algún episodio de su infancia para ponernos en situación y dejando a ratos recaer el protagonismo sobre su tía Surmena.

Dora trata de recabar información acerca de qué sucedió y entrelaza documentos oficiales con historias y leyendas de la zona que es lo que le da forma a la historia, de forma que te envuelve y te adentras desde las primeras páginas.

Hay muchas cosas que me han gustado de forma personal en este libro, la ambientación del lugar es una de ellas. Si has visitado los típicos pueblos checos y eslovacos, es muy fácil imaginar todo el marco y trasladarse allí de inmediato.

Por otro lado creo que hemos leído páginas y páginas de historias del siglo XX, posiblemente los años más llevados a la literatura con el tiempo, pero estamos acostumbrados a historias desde Berlín, París o las de cerca de casa, y en realidad hay un montón de lugares con muchísimas historias por contar.

Por último reseñar que me ha encantado la forma de escribir de la autora, siempre es algo que destaco para bien o para mal porque es lo que me hace disfrutar de un libro y repetir en su obra. Tiendo a elegir autores que igual divagan más en sus emociones o en descripciones pero en este caso es una narración clara y bien estructurada, dando como resultado no sólo un buen libro sino una muy buena historia.

Está claro que lo recomiendo 💛

A medio camino entre el estudio antropológico-etnográfico y la novela (la propia autora ya dice que los documentos que cita son inventados pero imitan documentación existente) esta historia está inspirada en las vidas de unas mujeres excepcionales que vivieron en Zitková, en los Cárpatos Blancos, frontera natural entre la República Checa y Eslovaquia, y que han sido objeto de algunas investigaciones, protagonistas de libros e informes, y cuya mayor gloria (muy a su pesar) fue convertirse en objeto de deseo de nazis y comunistas. Poderes ancestrales que no están hechos para ser manipulados, aún menos por políticos, fanáticos o desaprensivos.
Dora Idesova es la última de esta generación de mujeres medicina, se podrían llamar en otros países, brujas, o diosas como son conocidas en esta zona, y es precisamente ella quien trata de estudiar parte de lo sucedido en su familia a través de un estudio de campo para el que tiene que acudir a archivos y entrevistas tratando de hilar una respuesta que lleva buscando toda su vida. Una historia de locura, crueldad, amor, soledad, brujería (blanca y negra), superstición... Demostración patente de lo mezquino que puede llegar a ser el ser humano.
En principio parece muy interesante, no me cabe duda que el tema lo es, pero resulta un poco cansino, porque a mitad de historia pierde intensidad, son demasiados datos, todos ellos muy parecidos (los expedientes no son lectura grata) y la historia da la impresión de dar vueltas sobre sí misma tratando de alargarse (no entiendo la manía de hacer obras tan extensas, la verdad). Aún así es una historia curiosa y guarda una sorpresa final, que a mí particularmente me ha encantado.

La Diosas de Zitkova son un linaje de mujeres que, generación tras generación, han transmitido a sus sucesoras sus sabios conocimientos en artes curativas, herbología, adivinación e incluso algunas han llegado a controlar la meteorología. En la actualidad la continuación de este legado no está muy clara.
Nuestra protagonista, Dora Idesová, se muestra reacia a continuar con la tradición familiar, no cree del todo en el poder de las Diosas, ya que ella ha crecido y se ha formado en el área de las ciencias.
Investiga y elabora una tesis sobre las Diosas, tratando así de encontrar respuestas sobre su linaje.

Aunque el auge de la caza de brujas en Europa está datado entre el siglo XV y el XVIII, en esta novela la autora nos habla de esta persecución en Checoslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial y durante el régimen comunista de la República Socialista. Época en la que se veía a las Diosas como una amenaza política y religiosa, nada más alejado de la realidad. El miedo a aquello que no comprendían les hacía buscar enemigos donde no los había. Dotando a las mujeres Diosas de una atmósfera de oscurantismos y superstición, cuando en realidad ellas se dedicaban a ofrecer su ayuda a aquellas personas que la necesitaban, sin importar ideologías.

Mezclando con maestría realidad y ficción, Kateřina Tučková nos sumerge en su relato en las propias páginas de diferentes documentos procedentes de diferentes archivos históricos en con los que la protagonista se documenta para elaborar su tesis.

Me ha encantado conocer la historia de estas Diosas y realmente con esta lectura he sentido que he viajado hasta los Claros y he podido visitarlas es sus cabañas rodeadas de naturaleza.

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