Si algo he descubierto en los últimos años ha sido mi fascinación por la literatura de los silencios. Me atrapan las narraciones, las descripciones de entornos de la naturaleza, historias con protagonistas ensimismados en lo que les rodean. Me calman, incluso aunque solo sea consciente de ello cuando paro de leer. En cambio, el ambiente urbano, pese a que empatizo mucho más, solo me produce desasosiego e intranquilidad. al igual que ocurre cuando estoy en el campo y en la ciudad en persona.
Pero ahora sí, sobre la novela. La trama, el quid de todo, se ve venir, se sabe, y a pesar de ello, el "descubrimiento" no resulta innecesario. Ni mucho menos. En realidad, yo, al menos, lo ansiaba. La protagonista, en su pasión y a veces ira, logra que el lector se indigne con ella. Ciertas palabras, reflexiones y actos me han reconcomido, como suele ocurrirme con los mensajes animalistas y ecologistas. Aquellas en las que se demonizaba no solo al cazador, sino también al que consume carne, con ojos abiertos o cerrados, me han incomodadado, tanto por un cierto rechazo como por culpabilidad (la que siempre me lleva a comer menos carne y sobre todo de forma algo más consciente en la medida que ahora puedo).
El escenario helado, la amistad de la protagonista con Dioni, Buena Nueva y Pandedios, el argumento principal de los asesinatos y la caza legal y furtiva, junto al descaro de los hombres, la crueldad de los cazadores... sin duda me han llevado en volandas, sin esfuerzo a lo largo de las páginas. Sin embargo, hay algo que sí se me ha trabado. Y es que las inclusiones astrológicas me han resultado excesivamente largas en ciertos momentos. Precisamente a mí, que me llama el mundo de los horóscopos, me ha pesado como no lo habría esperado. Me refiero a esos fragmentos largos, muy largos, que hacían que mi concentración, débil muy débil, sobre todo estos dos últimos días, se desvaneciese tras leer varias líneas sobre la influencia de Saturno en Piscis...
No obstante, he disfrutado el libro. Ha sido mi primera lectura de veras animalista y no creo que sea la última. También ha avivado mis ganas, que ya tenía, de leer sobre crímenes y relatos un tanto sórdidos y polémicos.
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