El odio que das

Era un bromista. Hasta cuando las cosas andaban mal, de alguna manera encontraba un poco de luz en ellas.

Desde muy pequeña aprendí que la gente se equivoca, y tienes que decidir si sus errores son más grandes que tu amor por ellos.

Siento la cabeza encogida, como si tuviera el cerebro sobrecargado. Supongo que las resacas emocionales se sienten bastante parecido a las resacas alcohólicas.

Llora la muerte de Khalil todo lo que quieras. Extráñalo, date permiso de extrañar lo que pudo haber sido, deja que tus sentimientos se salgan del equilibro normal de las cosas. Pero, como te dije, no renuncies a vivir. ¿Estamos?

Papá dice que me nombró Starr porque yo era la luz en su oscuridad. Necesito un poco de luz en mi propia oscuridad.

Dejamos que la gente diga cosas, y lo dicen tanto que se vuelve algo que para ellos está bien y para nosotros es normal. ¿Qué sentido tiene tener voz si te quedas callada en esos momentos en que no deberías estarlo?

Dicen que la gente debe comportarse de manera pacífica, pero pasan por aquí como si estuviéramos en una jodida guerra.

Me retiro a mi habitación en cuanto me termino la pizza. Papá ya subió con mamá. [...] Es extrañamente adorable. A veces los miro para tener una idea de lo que querré algún día.

—Para cuando llegué hasta donde él se encontraba, estaba en el suelo, sangrando. Lo único que pude hacer fue abrazarlo…
Me veo sentada en un charco de sangre también.
—… y tratar de decirle que todo saldría bien, aunque sabía…
—Que no hay una jodida manera de que sea así.
Nos quedamos callados.

Por eso la gente está levantando la voz, ¿eh? Porque no cambiará si no decimos nada.