Sostiene Pereira

Comienzo del capítulo 1°. "Sostiene Pereira que lo conoció un día de verano..."

Del 2°. "Pereira sostiene que aquella tarde el tiempo cambió..."

Del 3°. "Pereira sostiene que la ciudad parecía estar tomada por la policía, aquella tarde..."

Del 4°. "La chica que llegó, sostiene Pereira, llevaba un sombrero de punto..."

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Del 6°. "Y, a pesar de todo, Pereira le invitó a comer, sostiene, y escogió un restaurante del Rossio..."

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Veinticinco cortos (y maravillosos) capítulos en los que Antonio Tabucchi narra - realidad a realidad, suceso a suceso- como va cambiando la forma de pensar, - de entender lo que sucede-, de Pereira, del periodista Pereira, del Pereira encargado de redactar las necrológicas,...

Monteiro Rossi, su nuevo ayudante, escritor sobre la muerte, fuertemente comprometido con la vida,... hace que las ideas de Pereira comiencen a no sostenerse

Este lector, por su edad, sabe lo que cuesta cambiar la forma de captar lo que nos llega del exterior, de los demás,...¡ y lo que tememos a los cambios!

Por eso, sostengo a Pereira. Y a Tabucchi. Siempre.

Lisboa, 1938. Pereira, nuestro protagonista, un hombre viudo que sigue muy apegado al recuerdo de su mujer, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un pequeño periódico.

Se trata de una novela corta, con una trama sencilla en la que no pasan muchas cosas ni tiene un ritmo vertiginoso pero que consigue enganchar por el gran protagonista, Pereira, un hombre que sigue hablando con el cuadro de su mujer fallecida, que toma limonadas a todas horas y con problemas de salud propios de su edad y de su obesidad.

Al contratar a un colaborador para su sección del periódico, conoceremos a un joven dado a meterse en problemas y que en momentos complicará la tranquila vida a Pereira. Además de conocer un poco más de la Lisboa de aquella época, también entrará en juego la difícil situación que vive España.

Me ha gustado mucho cómo está escrita, sin diálogos propiamente dichos, aunque tengo que decir que el uso del "chascarrillo" Sostiene Pereira, al inicio de la novela se me ha hecho un poco reiterativo.

Una obra para pasar un buen rato leyéndola y dejándote llevar por su potente protagonista. Muy recomendable.

Valoración: 8/10.

Bajo una capa de costumbrismo y cotidianeidad, Tabucchi esconde la profundidad de una historia de revolución interior con el trasfondo de un período histórico oscuro: la dictadura de Salazar en Portugal, la guerra civil española y los fascismos europeos en pleno apogeo. Pereira, el protagonista, un hombre de costumbres, anclado en la mediocridad, responsable de la sección cultural de un diario vespertino, se ve inmerso por casualidad en una situación comprometida, que le hace poner en cuestión su vida entera, y de la que saldrá convertido en una persona distinta. Liberado, por así decirlo, tanto de la opresión de las circunstancias sociales y políticas que le rodean como de sus propios fantasmas, cuya influencia le había mantenido durante años en el pasado, sin mirar hacia adelante.
Me ha encantado.

Ambientada en la Lisboa del verano de 1938 (con el ascenso del fascismo en Europa), 'Sostiene Pereira' nos acerca a las desventuras del protagonista, Pereira, un periodista de crónica política, portugués y de renombre, reducido a escribir la página semanal de cultura de un nuevo diario conservador y católico de Lisboa.
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Todo comienza cuando Pereira se pone en contacto con el joven Monteiro Rossi para ficharlo como colaborador para escribir necrológicas de escritores aún en vida para la sección de Cultura. Rossi y su pareja, Marta, arrastrarán Pereira a colaborar en su causa, la de la democracia, aunque el protagonista se resista a involucrarse alegando que él es periodista cultural y que la política no le interesa.
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Pero a pesar de los esfuerzos de Pereira para focalizarse en la cultura y mantenerse alejado de cualquier ideología política, el tiempo combuls en que vive, con los fascismos en ascenso, lo llevan a tomar partido. Aunque en un primer momento ni él mismo sea del todo consciente.
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Toda la historia está narrada por un narrador testigo con la mayor parte en indirecto libre pero integrando algunas partes en directo y repitiendo constantemente "afirma pereira". Aunque en un primer momento, estas repeticiones constantes pueden hacerse extrañas, generan la incógnita sobre quién es este narrador a quien Pereira le ha contado su historia. Algo que no sabemos hasta las últimas páginas.

Lisboa, verano de 1938. Portugal se encuentra bajo la dictadura de Salazar, España está en plena guerra civil, y en el resto de Europa está a punto de estallar una gran guerra.
En este contexto histórico conocemos a Pereira, periodista encargado de la sección cultural del modesto periódico "Lisboa". Éste lleva una vida solitaria y no ha levantado cabeza desde que su esposa falleció: sufre cardiopatía, obesidad y está obsesionado con la muerte. Sin embargo, las cosas empiezan a cambiar para él cuando conoce a dos jóvenes revolucionarios que alza sus voces contra el fascismo y el totalitarismo imperante.

Estas ideas y la censura que sufre el periodismo hacen que se vaya gestando en Pereira una nueva manera de pensar y de ejercer como periodista. La asfixia y los sudores que lo acompañan durante la primera parte de la obra van desapareciendo a medida que empieza a perder el miedo y a ser coherente consigo mismo.

Tabucchi señaló que para esta novela se inspiró en la historia real de un periodista portugués; me gusta pensar que éste era adicto a la limonada, a las tortillas del Café Orquídea y tan entrañable como Pereira.
Ha sido un placer volver a recorrer las calles y los cafés de Lisboa junto a él y conocer a través de los personajes la opinión de Tabucchi sobre escritores como Pessoa o Lorca.

¿Cuántos años tienen que pasar para que un libro se considere un clásico? ¿Y cómo debe enfrentarse el lector ante una obra que ya ha sido más que recorrida por la crítica? Pues de la misma manera en la que el autor ha conseguido conquistar las atenciones y sensibilidades de quienes lo leen: con sencillez, con humildad, con pasos pequeños pero firmes.

Tabucchi ha creado un personaje que, sin grandes atributos, resulta entrañable y al que solo puedes perdonarle que no sea el protagonista de quinientas páginas más. Pereira es un periodista portugués encargado de la sección cultural de un periódico pequeño cuya cotidianeidad se verá afectada tras conocer a un joven, Monteiro Rossi. Un libro que comienza con una reflexión sobre la muerte, el alma, la carne y cuyos temas irán revoloteando sobre el escenario de una Lisboa sometida, solícita y cómplice de la Guerra Civil española.

En el discurso del narrador destaca la fórmula repetitiva con la que Pereira sostiene su mundo diario, sus pensamientos y sus marcadas rutinas y que más que molesta, resulta fundamental para delimitar el carácter reflexivo, íntimo y silencioso del protagonista.

Es también un canto al poder de la literatura, esclava muchas veces de la censura de unos tiempos donde importaba más la ideología de sus trazos que la potencia de su mensaje.

De los momentos que más me han gustado en la novela son las conversaciones con el doctor Cardoso y su teoría de la confederación de las almas y el yo hegemónico. Sin ser un libro que pretenda erigirse como moralizante, propone interesantes debates que pondrán patas arriba la vida de Pereira, fielmente instalada en la rutina y el recuerdo.

En en definitiva la historia de un hombre normal, en cierto modo triste y mediocre, como la mayoría de nosotros, cuya única esperanza es no verse devorado por la ausencia de los que ya no están y por la presencia de un largo páramo donde la única compañía es ser coherente con lo que uno piensa y siente. La transformación de Pereira se da a partir de la consciencia de que hay un conflicto consigo mismo y de que la nostalgia por el pasado, debe ser sustituida por la nostalgia del futuro.
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“Sostiene Pereira que le conoció un día de verano. Una magnífica jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía…”

Así es el inicio de Sostiene Pereira (1994), la novela más famosa de Antonio Tabucchi, redactada como si de una larga declaración ante el juez o la policía se tratara. Una novela que te atrapa y que ningún enamorado de Lisboa, ciudad literaria donde las haya, debería dejar de leer.

Pereira, un veterano cronista de sucesos en el ocaso de su carrera profesional, sometido a una dieta estricta que se salta regularmente y con una grave cardiopatía que pende como una espada de Damocles sobre su cabeza, deja pasar la vida ajeno a cuanto sucede a su alrededor, sin implicarse en los problemas políticos de su tiempo (la historia está ambientada en 1938, bajo la dictadura de Salazar en Portugal), refugiado en su mundo interior, mirando hacia otro lado.

El personaje de Pereira es entrañable: come omelettes y bebe limonadas, traduce textos de autores franceses y tiene largas conversaciones el retrato de su viuda. Su mundo es recogido y apacible, hasta que llega a su vida un joven italiano antifascista, Monteiro Rossi. Todo cambiará a partir de este punto y Pereira abrirá los ojos a la realidad que le rodea y que siempre se negó a reconocer. Cuando todo parece claro y eterno, de repente aparecen las dudas y los pilares de su mundo se tambalean.
(Sigue leyendo la reseña en el enlace):
Enlace: https://humildelector.com/20..

Sostiene Pollo que es un libro muy bueno, pero no lo máaaaaximo como dicen. Conmueve, tiene varias referencias literarias (que no he sabido descifrar) respecto a las notas que los personajes publicaban en su semanario. Podríamos decir que también es un canto a la heroicidad discreta. Supongo que nada de eso lo sostiene Pereira.

Sinceramente, tardé más tiempo del debido en leer este libro y ahora me arrepiento. Cuando lo empecé no esperaba nada de él: era lento, muy costumbrista, muy de narrar y narrar sin decir nada... Ahora bien, cuando la trama empezó a avanzar supe que era un libro que me iba a marcar. La historia de fondo es intensa y peligrosa, envuelta en un ambiente relajado de vida de día a día.

La atmósfera que Tabucchi crea en este libro es fantástica, casi puedes verte en la Lisboa de la época en medio del jaleo político.

La relevancia de lo que se cuenta en el libro, y sobre todo su realismo, es lo que más valoro. Sostiene Pereira es un libro que engaña: puede no parecer mucho en un principio, pero guarda un mensaje poderoso.

El libro comienza con su mismo título, que se va repitiendo a lo largo de la narración unas cuantas veces, ya que todo es una historia contada por un narrador que habla por boca del protagonista.

Estamos en el 1938 de un Portugal salazarista, que se da la mano con una España en plena Guerra Civil, nuestro Pereira está a cargo de la sección cultural de un periódico, el Lisboa; para no hacerlo todo solo, decide contratar a un ayudante… y es aquí cuando aparece Monterio Rossi, un joven de izquierdas que escribe artículos malísimos y además anda metido donde no debe.
Pereira, un señor viudo, obeso y adicto a las tortillas a las finas hierbas y la limonada con muchísimo azúcar, decide ingresar en una clínica unos días para mejorar su salud y de paso aprovechar para traducir unos cuentos que publicar más adelante en el periódico.

Así, con la maravillosa Lisboa de fondo, tenemos una narración cuidadosamente hilada, bastante bien escrita, amena y sencilla, de trasfondo a base de claroscuros –más oscuros, la verdad- y con un personaje que me ha encandilado, ya que ha sido todo un descubrimiento.
Uno de esos que se lee en dos tardes, pero que aún siendo realmente breve, no se olvida… es más, es de los que se recomienda más de una y dos veces.

La verdad es que me lo habían recomendado un montón de veces y no acababa de arrancarme, pero me alegro de haberlo hecho por fin, pues vale la pena; es más, entiendo perfectamente que vaya por la decimoséptima edición, no es para menos.
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