—Yo creo que Allie y tú estabais hechos el uno para el otro.
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—Yo creo que Allie y tú estabais hechos el uno para el otro.
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La frugalidad, según he aprendido, entraña sus propios costes, unos costes que a veces duran para siempre.
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Yo desde luego no tenía intención de enamorarme de Jane cuando la acompañé hasta el coche aquel día de lluvia de 1971.
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¿Y cuáles son los consejos de los expertos para mejorar la vida de una pareja? Concentrarse en las cuatro aes: atención, apreciación, afecto y atracción.
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Echaba de menos algo, lo que fuera, que me indicara que yo todavía era especial para ella.
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¿A cuántas personas les es dada esa posibilidad, es decir, que una y otra vez se enamore de ti una persona a la que amas?
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Me llamo Wilson Lewis, y ésta que aquí cuento es la historia de una boda. También es la historia de mi propio matrimonio, aunque a pesar de los treinta años que Jane y yo hemos pasado juntos supongo que debería comenzar por reconocer que hay otras personas que saben del matrimonio mucho más que yo. Ninguno aprenderá nada si me pide consejo.
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Puede que no sea un hombre sentimental, pero no carezco por completo de emociones, y hay momentos en los que me embarga una profunda sensación de asombro.
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Me pregunto si es de veras posible que un hombre llegue a cambiar. ¿O el carácter y el hábito conforman los límites inamovibles de nuestra vida?
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...