—Mis palabras, ¿te muerden el oído o en el alma? —¿A qué viene ponerte a detectar con precisión en qué lugar me duele? —Porque el que te hiere el alma es el culpable. |
—Mis palabras, ¿te muerden el oído o en el alma? —¿A qué viene ponerte a detectar con precisión en qué lugar me duele? —Porque el que te hiere el alma es el culpable. |
“Cuando la desgracia está marcada por el Destino, no existe liberación posible para los mortales”. “La pasión en medio de las desgracias nunca es oportuna”. “Es preferible, con mucho, que el hombre esté completamente lleno de sabiduría, pero, si no lo está, es bueno también que atienda a los que hablan con moderación”.
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Sé agradar a quinees debo complacer.
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Que tarde pareces entender lo que es justicia, ,,,hay que ser sensato en las resoluciones y no violar las leyes escritas, las leyes eternas
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La prudencia es con mucho la primera fuente de ventura. No se debe ser impío con los dioses. Las palabras insolentes y altaneras las pagan con grandes infortunios los espíritus orgullosos, que no aprenden a tener juicio sino cuando llegan las tardías horas de la vejez.
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Que union funesta has formado! muerto tu me matas a mi... ¡aunque sigo viva!
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Tales son los dardos que en mi cólera, ya que me has irritado, he lanzado como un arquero infalible contra tu corazón, y cuyas sangrantes heridas no podrás evitar.
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Así reposaré junto a él […]; / rebelde y santa por cumplir con todos mis deberes piadosos; que/ más cuenta me tiene dar gusto a los que están abajo, que a los que/ están aquí arriba, pues para siempre tengo que descansar bajo tierra.
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Es el primer libro publicado por Carlos Fuentes.