Odio fingido

Todo empieza tres años después del final del anterior libro.
Por ciertas casualidades y alguna adversidad, Nate y Amanda terminan compartiendo piso. Intentan fingir que se odian, que o se soportan, prácticamente no quieren ni coincidir en el mismo espacio, pero parece que aún quedan sentimientos de aquello que tuvieron.

Narrado desde la perspectiva de ambos, se puede ver algo de evolución en los personajes, pero creo que hay temas interesantes que se pierden por el camino o que se resuelven de manera muy rápida, supongo que por tratar de darte un tono menos serio a la historia.
Para mi ha sido una novela bastante más floja que la anterior. Diría que le sobran una 100 páginas, tal vez más, ya que hay mucho relleno.

Hay momentos en los que se da la vuelta a lo mismo como un eterno bucle y otros momentos en los que por más que leas no ocurre nada que te enganche a la historia. Así que que, siempre según mi percepción y mis gustos como lectora, la historia termina haciéndose aburrida y demasiado extensa cuando podría ser mucho más ágil.

En conjunto, una bilogía que no ha terminado de ser el tipo de lectura fresca y desenfadada que me daban a entender la sinopsis y la portada.



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