Los últimos días de Richmond hall como dice la sinopsis se pueden resumir en dos cosas, cierta pasión y mucho desengaño. La historia se centra en el supuesto desarrollo de su protagonista desde su adolescencia hasta la edad madura y en el reencuentro con un amor pasado . En mi opinión el libro se excede innecesariamente en detallar ciertas aspectos de la historia y se queda corto en otros que creo mucho más interesantes en los que me hubiera gustado que se centrara. En defensa al libro puedo decir que leer con ideas preconcebidas nunca es bueno, tras leer la sinopsis lo que me atrajo de esta historia fue la idea de un amor platónico prohibido entre seres con diferencias de clase dentro de un marco social y político de un país. Tal fue mi error que solo ha creado una creciente desilusión en cada pagina de lo que pudo haber sido y no fue. Por otro lado, aunque he intentado de corazón encontrarle su punto me ha sido del todo imposible. Dicen que si en las primeras 50 páginas un libro no te engancha es un caso perdido, en este caso en concreto el desarrollo es lento y desestructurado, no llega el inicio real de la trama hasta cerca de la mitad del libro. Además la presentación del personaje con sus locas fantasías sexuales es exagerado y no le aporta nada a la trama posterior. Por no hablar de la constante distracción que supone que te presenten una quinceañera con fantasías lésbicas si luego el nudo principal es su relación con su antiguo profesor particular. En cuanto al desarrollo en si del personaje es inexistente, hay dos partes claras, el antes y el depués y un corte o vacío intermedio que es donde claramente se presenta ese desarrollo que hace que la alocada protagonista se convierta en una fria lady moderna. Esto también lo podemos traspasar a la relación " amorosa", practicamente inexistente en el pasado e insulsa en el relato adulto. Es irónico que en la edad de fantasía y hormonas revueltas describa la relación entre los personajes en apenas dos párrafos y cuando se reencuentran años depués nos cuente con tanto detalle lo que queda en un capricho sin importancia, un encoñamiento de la protagonista y un tonto desengaño para él, se invierten los papeles siendo ella la adulta racional y él un absurdo adolescente. Me ha faltado muchísima historia en cuanto a su crecimiento junto a su interesantísima tía, la parte más interesante de todo el libro, y ver como pasó del punto A al punto B. El resto de la narración no aporta nada, los lugares donde acontece apenas se describen, el propio Richmond que es el escenario principal apenas se boceta. La alusión a "el burbujeante Londres y Margaret Thatcher se queda en eso, una alusión y la enumeración de personajes y lugares. Mucha paja y poca chicha. Y si hablamos de chicha es por decir algo porque eso de "las vivencias de pasión" se limita a describir la sucesión de los hechos como quien relata el desarrollo de su jornada laboral. El pequeño pero auténtico morbo lo encontramos en sus relatos lésbicos y su punto voyerista. Para finalizar y no la mejor parte, el ritmo. ¿Cómo puede ser que un libro de apenas 230 paginas con letra media-grande se haga soporífero? creo que el continuo salto de la visión de uno al otro relatando la manera en la que cada uno ha vivido los hechos en este caso no es un acierto, se acaba haciendo repetitivo, sobre todo hacia la última parte del libro en la que ambos saben o intuyen con creces lo que piensa el otro y ambos cuentan exactamente lo mismo. En resumen no es mi taza de té, si el autor quizás hubiera revelado los misterios de un edificio popularmente llamado "Black Palace" los tejemanejes de tía Catherine para llegar al poder con más detalle, quizá el lavado de cerebro a Lilianne para su transformación en lady Richmond, o su oposición a los planes de su tía debatiéndose entre la familia y la ética y posteriormente la caída de un imperio, Los últimos días de Richmond Hall serían muy recomendables, una pena. + Leer más |