Nimbo

Esta teoría no me inquieta en absoluto. No obstante, sé que debería. Ahora me inquieta lo poco que me inquieta.

El fin no siempre justifica los medios, querida, pero a veces sí. La sabiduría consiste en saber apreciar la diferencia.

El nuestro es un mundo perfecto, pero la perfección no reside en un único lugar. Es una luciérnaga, esquiva e impredecible por naturaleza. Aunque la atrapamos en un tarro, ese tarro se ha roto y corremos peligro de cortarnos con sus fragmentos.

Me fascina el concepto del ritual. Son esas cosas que hacen los humanos sin ningún propósito práctico, salvo obtener una gran sensación de continuidad y consuelo.

(...) encontrar chivos expiatorios para los problemas complicados era un pasatiempo humano desde que la primera turba de cavernícolas derribó a alguien a pedradas.

(...) nosotros dejamos la justicia en manos del universo. Y lo que suena siempre devuelve un eco.

(...) existen momentos inconcebibles en los que no encuentro palabras en ninguna lengua, ni viva ni muerta.
Y en esos momentos, si tuviera boca, la abriría para gritar.

Si yo existo sin forma (un alma animada entre mil millones de servidores distintos), ¿podría el universo en sí estar vivo y contar con un espíritu repartido entre las estrellas?

Y cada vez que soy testigo de un acto de crueldad cometido por un segador corrupto, siembro las nubes de algún lugar del mundo y dejo caer un lamento de lluvia. Porque la lluvia es lo más parecido que tengo al llanto.

Que los humanos sean los que salvan y los que silencian. Que ellos sean los héroes. Que ellos sean los monstruos.