Carmilla

No te conozco ... ni me conozco a mí misma cuando me miras y me hablas de ese modo

Así como me acerco a ti, a su vez, tú te acercarás a otros, y conocerás el éxtasis de esa crueldad, que, sin embargo, es una forma de amor

Vi el mismo rostro que se me había aparecido en mi infancia aquella noche, que tan grabado permanecía en mi memoria, y sobre el cual durante tantos años tan a menudo había cavilado con horror

Sobre los prados y las tierras bajas, una fina traza de niebla se escabullía como humo, marcando las distancias con un velo transparente. Y aquí y allí podíamos ver el río, brillando débilmente a la luz de la luna

Dedicaré los días que me restan de vida a perseguir y destruir a ese monstruo

Era una de esas niñas afortunadas a las que deliberadamente se había mantenido en la ignorancia con respecto a los cuentos de fantasmas y de hadas

Era Madame Perrodon, natural de Berna, cuyos cuidados y buen carácter suplieron en parte la pérdida de mi madre

Existe un pueblo en ruinas, con su original iglesia, ahora sin techo, en cuya nave lateral yacen las tumbas desmoronadas de la orgullosa familia de los Karnstein, ahora extinguida

一[...] Nunca había visto a nadie ser conquistado de ese modo y a primera vista, a no ser que cuente también a la propia desconocida, que se quedó igualmente prendada de mi pupila, como si ya le hubiera entregado su corazón.