[…] aún debía de estar vivo, pues sí hubiera muerto todo hubiera sido oscuro como la noche para mí.
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[…] aún debía de estar vivo, pues sí hubiera muerto todo hubiera sido oscuro como la noche para mí.
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Me retiraré al continente para hacerme monja: en absoluto por amor a la religión, ya que no era católica, sino para apartarme del mundo para siempre.
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Mi caída desde la felicidad a la desesperación no fue progresiva, no, fue tan repentina y fulgurante como el relámpago.
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Pensaba que tenía una inteligencia más rápida que la de los que le rodeaban […].
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Poco a poco, me reconcilié con mi soledad, pero nadie ocupó su lugar en mi corazón.
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Extraño estado mental el mío. Estoy sola, absolutamente sola en el mundo, el azote del destino ha acabado con mi vida. Sé que voy a morir y me siento feliz, alegre.
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En su presentación en sociedad bailó con un oficial con el que quería vagamente que la casaran; pero cuando poco después su padre le recomendó otro caballero de mayor rango, ella se sometió obediente a su voluntad y prometió amar, honrar y obedecer (a un estúpido vicioso), como era su obligación.
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¿Cuántas novelas policíacas publicó Agatha Christie?