Mathilda de Mary Shelley
Mi caída desde la felicidad a la desesperación no fue progresiva, no, fue tan repentina y fulgurante como el relámpago.
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Mathilda de Mary Shelley
Mi caída desde la felicidad a la desesperación no fue progresiva, no, fue tan repentina y fulgurante como el relámpago.
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