El Selfi

🤳 A Castor le encanta conocer lugares nuevos e inmortalizarlos con un selfi.

1️⃣. Como cualquier otro día, Castor se disponía a hacer la instantánea. Se colocó a la distancia correcta y, justo entonces, apareció un conejo con ganas de ser fotografiado.

2️⃣. Segundo intento de selfi, ahora de Castor con conejo y, justo entonces, aparecieron 10 conejitos con su mamá. Castor los acomodó a todos.

3️⃣. Tercer intento de selfi de Castor, papá conejo, mamá conejo y todos los conejitos y, justo entonces, aparece un mapache.

4️⃣. Cuarto intento. 5️⃣. Quinto intento. 6️⃣. Sexto intento...

😇 Con una santa paciencia, Castor acomodó a papá conejo, mamá conejo, sus 10 conejitos, mapache, dos nutrias, un ciervo, una osa y un jabalí, y palo selfie en mano, se dispuso, por fin, a capturar el momento.

Ahora, sí. ¿O no? ¿Acaso no es fácil hacer un selfi? ¿Cuántas veces tendrán que repetirlo? ¿Conseguirán el selfi perfecto? 🤭🤭🤭

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Novedad de Takatuka, editorial que viene con fuerza este otoño y que nos trae una historia alocada, real como la vida misma (hacerse un selfi ya nunca será igual), con cierto carácter acumulativo y con una historia implícita que se manifiesta en las guardas y en la que vemos que las experiencias, si son compartidas, es mucho mejor.

Imposible leerlo sin soltar unas risas en una trama que te atrapa hasta la resolución final.

Con unas ilustraciones muy coloridas que consiguen reflejar la tensión del momento por los selfies fallidos y aportar un estupendo punto cómico.

El mundo digital nos empuja a pensar que la imagen es más importante que la acción y que todo lo que no queda registrado corre el peligro de desaparecer. Nada más lejos de la realidad porque disfrutar el momento presente y el recuerdo es mejor que capturarlo todo y luego compartirlo con otros que tal vez no conocemos. A través de una historia sencilla y de forma divertida se aborda uno de los problemas de la sociedad que se resuelve de forma bastante peculiar protagonizada por animales humanizados y acompañada con preciosas ilustraciones de Joquín Camp que capturan en el momento preciso todo tipo de situaciones,

Un día el castor decide hacerse un selfi, es decir una foto que se hace uno mismo sin otra compañía que el paisaje, para inmortalizar toda la belleza que va descubriendo a su paso durante una excursión en el bosque. Sin embargo, hacen acto de presencia un mapache, un ciervo e incluso una gran familia de conejos, entre otros, que también quieren salir en la foto. Eso complica mucho su objetivo porque al contrario que un selfi en una foto grupal surgen un sinfín de contratiempos que nadie se podía imaginar.

Lejos de perder la paciencia y enfadarse, el castor se siente dichoso ya que ha descubierto que en un selfi es más importante el fondo, el espacio y no quien está posando. Las fotos grupales son más divertidas porque estamos con amigos y eso no tiene precio.
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