Sólo la vida puede acabar con el amor. La muerte, nunca.
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Sólo la vida puede acabar con el amor. La muerte, nunca.
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por ese motivo, porque la conocía tanto como la quería, no hice nada el día que me abandonó y derrumbó los aviones y sacó los dedos de mi pecho y escupió los besos que teníamos pendientes y se cortó los brazos para salir de mi cuerpo y clavó las agujas del reloj en mi espalda y mató a nuestro futuro hijo que se deshizo en las raíces de un árbol marchito.
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No trates nunca de obligar a nadie a que se quede a tu lado: dale alas para que pueda decidir libremente cuándo irse y cuándo volver. Esa será la única manera de asegurarte un amor real y auténtico. El pájaro que vuelve a casa es el que vuela.
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Los días sin ti, son días conmigo.
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Ese amor por las letras puede salvar al mundo, de verdad que si.
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La juventud le permite a uno tener esas dos cosas que nadie puede quitarnos: los sueños y la resistencia.
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Lo que hoy parece imposible, mañana será un sueño cumplido.
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Es necesario comprender la fugacidad de las cosas para poder atraparlas en el instante justo en que nos pasan por delante.
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Es curioso pensar cuánto dura una vida y qué poco lleva contarla. Supongo que cuantas más cosas hay que decir, menos personas quedan para escucharte.
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La experiencia es lo que nos diferencia a unos de otros. Es lo que nos hace ir por un camino diferente al resto. Es lo que nos separa y nos une. (página 140) |
Marinero en tierra