Sucedio asi que un brujo y un nilfgaardiano aliado suyo gritaron salvajemente, hicieron un molinete con la espada y saltaron sin pensarselo, dos camaradas, dos amigos y compañeros, a la lucha contra un enemigo común, a una lucha desigual. Y aquello fue su bautismo de fuego. Un bautismo de fuego en la lucha comun, la rabia , la locura y la muerte. Iban a la muerte, ellos, los dos camaradas. Asi lo pensaban. No podían sin embargo que no iban a morir aquel dia, en aquel mismo puente que cruzaba el río . No sabian que a ambos les estaba destinada otra muerte. En otro lygar y en otro tiempo.
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