Al filo del mediodía

Este libro trata el tema de la salud mental, desde el punto de vista del enfermo. al ser autobiográfica, esta novela me ha recordado un poco sin quererlo a La campana de cristal de Sylvia Plath. Además, tienen subtemas comunes como el papel de la mujer en la sociedad, el suicidio, el electroshock o la relación madre e hija. Siempre es una buena oportunidad el poder leer de primera mano acerca de trastornos y enfermedades mentales, porque a veces te puedes encontrar con libros bastante absurdos que abordan el tema, ya que sus autores apenas saben de ello y exageran o describen situaciones de una manera alejada de la realidad.

Al principio, el libro resulta un poco lioso y difícil de entender. No se sabe muy bien qué está pasando, se ve todo distorsionado, pero poco a poco parece que se va focalizando y descubriendo la realidad de la autora, una realidad estremecedora: algo malo le ha sucedido, y no recuerda apenas su pasado. de ahí viene esa manera de narrar tan desenfocada al principio, tanta dificultad para entender lo que está ocurriendo. Resulta magistral este tipo de narración, porque puedes imaginar con mayor claridad la percepción de una persona ingresada en una clínica, una persona que apenas comienza a recordar, y estos recuerdos acuden cada uno por separado pero mezclados entre sí.

Aunque el libro está dividido en capítulos cortos, existe una continuación entre ellos, por lo que esas paradas entre capítulos solo suponen un descanso, el cual se agradece, ya que dan un respiro para poder continuar esta narración tan fragmentada de la que hablaba antes. Así, todo va cobrando sentido, el cual vas encontrando al poder disfrutar de estas paradas para reflexionar y hacer un alto en el camino.

Cuando has entrado en la dinámica del libro, te das cuenta de que las conversaciones que Goliarda mantiene con su psicoanalista no son del todo sanas. Me explico: me ha parecido que el médico daba demasiado su opinión al respecto de ciertos temas de la vida de la protagonista, y se me ha hecho pesado cuando psicoanalizaba a esta, ya que todo el tiempo la trataba como una enferma que hay que ayudar y que no puede cuidarse ella misma. Pero lo que me ha parecido ya extremo ha sido que en numerosas ocasiones trata a Goliarda de niña, la infantiliza. Por mucho que la llame ‘Señora', después la critica como si fuera una niña, le explica cosas de manera paternalista, y todo esto me ha parecido demasiado patriarcal.

Me ha resultado una lectura muy amena y enriquecedora, si bien a veces me ha parecido difícil de seguir, después ha sido todo un descubrimiento y necesidad por saber más de la autora. Creo que ha sido una oportunidad estupenda para conocerla en profundidad, y abrir las puertas de su obra.