Todas las veces que fuimos inevitables

Pues llegamos al final, a ese desenlace tan esperado y que para mi gusto ha sido un broche de oro 👏🏻.

Como con cualquier serie, os aconsejamos leer los libros en orden. Si estáis en ello, pasad de esta reseña porque es imposible no soltar algún dato que pueda ser spoiler 🤪

Pol era el único integrante del grupo al que no teníamos emparejado y por fin el amor llama a su puerta, pero llega en un momento de cambio, de resurgir de sus cenizas, de alejarse, de empezar de cero...

No sabíamos nada de la protagonista femenina y yo personalmente tenía mucha curiosidad por saber quién sería y cómo se conocerían.

Con un comienzo atropellado, Pol y Freya se ven obligados a convivir durante un fin de semana 🤗. Son dos desconocidos que van a compartir casa y desde el minuto uno se van a tirar los trastos a la cabeza, casi literalmente 😂.

Cada vez que intentan acercar posturas, va Pol y hace un comentario tan desafortunado que vuelven a la casilla de salida y al tira y afloja entre el que se cree muy top por tocar en un grupo de rock y la chica misteriosa del mechón blanco 🤭

Freya os sorprenderá, tanto por sus hobbies como por su personalidad 🥰. de Pol conoceremos mucho más en profundidad sus inquietudes, sus miedos, sus anhelos y sus ganas de afrontar la vida y de estar cerca de Freya.

Celos, mentiras, momentos dramáticos, sorpresas 😱, risas, complicidad, amistad y amor 💖👌

¿Recomendamos?

Es difícil elegir un libro como favorito, cada personaje te emociona y te llega de una forma distinta, pero yo creo que Pol nos fue conquistando libro tras libro por sus cicatrices y errores, pero sobre todo por su manera de seducir y conquistar a cualquiera. Es el alma de Yügen y junto a Freya me han enamorado por completo, desde ese enemies to lovers a ser los best friends del mundo y finalmente... 🥰.

Totalmente enganchada a sus intercambios de libros, sus conversaciones y el que siempre están el uno para el otro en los peores momentos 🔝👏

¿Me mojo y os digo mi orden de favoritos de la serie? 4,1,3 y 2. ¿Coincidimos?

Después de los últimos acontecimientos, Pol ha desaparecido del mapa. Ha dejado Yugen, no les coge el teléfono a sus amigos, y ha estado rehabilitándose durante meses. Cuando una casualidad le lleve a conocer a Freya, la vital y preciosa amiga de su hermana Iris, caerá rendido a sus pies. Pero Freya tiene pareja, y Pol es un chico malo, hermano de su mejor amiga, y que no le atrae para nada… ¿o sí? ¿Podrá Freya ver a Pol como un amigo? ¿Qué pensará su novio de ello? ¿Y Pol? ¿Conseguirá recuperarse del todo? ¿Olvidará todo lo que pasó hace unos meses? Porque a veces sólo puedes encontrar el cielo alejándote lentamente del infierno.

Un cierre de saga precioso, para un grupo que ha robado mi corazón. Leo, Axel, pero, sobre todo, Gabi y Pol, han sido unos personajes maravillosos, tan imperfectos, con sus luces y sus sombras, pero con un corazón enorme.

En este libro nos encontramos con un Pol que resurge de sus cenizas, tan ligón y divertido como siempre, pero más vulnerable después de lo que le pasó. Tendrá que batallar con un pasado familiar duro, con la tentación de recaer siempre en los errores que cometió meses atrás y volver a caer en el infierno. Pero Freya, tan valiente, tan fuerte, que lucha por ayudar a su hermana Astrid a pasar un duro trance, será su gran apoyo, la única persona con la que Pol podrá ser él mismo.

Amor, amistad, familia, segundas oportunidades, inseguridades y miedos en una novela llena de esperanza y de perdón. Un amor sano, con esos intercambios de libros, esos mensajes con palabras impronunciables, esos chistes malos y ese Trina de manzana, que te dejarán el corazón calentito.

Os dejo una de las frases que más me han gustado: “A veces sólo necesitamos perder algo para darnos cuenta de lo afortunados que éramos cuando lo teníamos”.
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