Zombies

Antologia zombie que me acompañó durante todo el mes de agosto para mi #agostozombie particular y que ha resultado una experiencia muy interesante. Sólo hay que echar un ojo al indice para saber que lo que contiene es material de primera: Dan Simmons, Joe Hill, George R.R Martin, Stephen King, Neil Gaiman, Poppy Z. Brite o John Langan, por citar sólo a los más conocidos. Ahí es nada.
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Y con semejante reparto lo primero que pienso es que el género zombie está muy vivo en literatura, afortunadamente. Cada uno de los relatos es la evidencia del hecho constatable de la enorme fascinación que despierta la posibilidad de la vuelta a la vida, independientemente de las condiciones en las que se haga. Porque claro está que el zombie tipo es ese que todos imaginamos, al que se le cae la piel a cachos y vive para desmenbrar y devorar con ansia. Pero no, porque lo que queda claro tras esta lectura es que zombies existen de muchas clases y, creedme cuando os digo que estos cadáveres putrefactos vueltos a la vida pueden ser los menos peligrosos. O casi.
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La calidad de los relatos de esta antología está fuera de toda duda ( hay una segunda parte que también tiene buena pinta) y empieza fuerte con un relato de Dan Simmons que es de los mejores y que da un nuevo punto de vista a la supervivencia zombie. Pero hay otros muy interesantes, como el de Dale Bailey que mezcla elecciones estadounidenses con plaga zombie; en Flores, de David J. Schow asistimos ante el karma que azota a un violador; y en Con las tetas a la tumba, Catherine Cheek nos cuenta las aventuras de la esposa trofeo que regresa de la muerte y descubre que está hecha una pena. Estos son algunos ejemplos pero todos los relatos tienen su punto y creo que es una colección muy acertada.
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Quiero acabar con uno de mis favoritos, el de Joe Hill, Bobby Conroy regresa de entre los muertos. Este tiene doble aliciente porque se desarrolla durante la filmación de Dawn of the Dead de George A. Romero,y cuenta el reencuentro entre antiguos amantes mientras hacen de extras para la película. Como dice Hill, una forma de demostrar su amor al cine del maestro.