En el bosque oscuro de Dale Bailey
Quizá las historias no tenían un principio ni un final. Tal vez se ramificaban eternamente, como los ríos, y partían unos de otros para envolverte durante un breve espacio de tiempo; cada vida era una historia dentro de otra historia que se cruzaba con miles de historias más para formar… ¿el qué? La historia del mundo, quizá, se dijo.
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