La odiaba de verdad, sabía lo que hacía por razones infundadas pero eran los celos los que hablaban, los celos de ver a alguien que era perfecta para él y luego mirarme a mi y saber que yo era lo opuesto.
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La odiaba de verdad, sabía lo que hacía por razones infundadas pero eran los celos los que hablaban, los celos de ver a alguien que era perfecta para él y luego mirarme a mi y saber que yo era lo opuesto.
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Perderla... Me dolía de solo pensarlo, me acojonaba, era un sentimiento desgarrador que me oprimía el pecho, como si tuviese dos gigantes sentados en mi corazón.
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—Te lo has cargado todo, ¿no lo entiendes? Ya no hay vuelta atrás, ni si quiera puedo mirarte a la cara...
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Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que puedo olvidar
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Ningún hombre debería ser la razón de tu existencia
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Nunca dejes que un hombre se apodere de tu alma, porque no sabes que va a hacer con ella, si guardarla y venerarla o dejar que se marchite entre sus dedos
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Necesito verte feliz para poder serlo yo
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La madurez no va ligada a un número de mierda, sino las experiencias vividas y las cosas que hemos aprendido de ellas
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Una palabra suya puede elevarme al quinto cielo o enterrarme cinco metros bajo tierra
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Ahora entendía como el pasado debía quedarse ahí, en el pasado, porque si lo dejábamos volver era capaz de consumir nuestro presente
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Manolito ...