La batalla del laberinto

Algunas cosas, decidí, es mejor dejarlas envueltas en el misterio

La mano de Annabeth se deslizó en la mía. En otras circunstancias me habría resultado embarazoso, pero allí, en medio de la oscuridad, me reconfortaba tener la seguridad de que estaba a mi lado. Era lo único de lo que estaba seguro.

No hay lugar para clemencia en esta guerra.

Rebuscaras en la oscuridad del laberinto sin fin… El muerto, el traidor y el desaparecido se alzan. Te elevaras o caerás de la mano del rey de los fantasmas. El ultimo refugio de la criatura de Atenea. Y perderas un amor frente a algo peor que la muerte.

A veces las cosas mas insignificantes pueden volverse muy grandes. 

Muchacho, las buenas acciones pueden ser a veces igual de poderosas que una espada. 

A lo mejor tampoco esta mal volver a ser un crio de vez en cuando. 

El genio no disculpa la maldad.

Me has encontrado. Y ahora has de liberarme. Debes perpetuar mi espiritu. Ya no puede encarnarlo un dios. Habeis de asumirlo todos vosotros. 

Los dioses pueden desvanecerse cuando todo lo que representaban ya no existe.