Cuarteto de otoño

Novela costumbrista, triste y melancólica que nos traslada al Londres de los años 70.

Es una historia sobre la soledad y la madurez.
Esta protagonizada por cuatro compañeros de trabajo que se enfrentan a un nuevo otoño sumidos en la soledad.
Todos ellos rondan los sesenta y están a punto de jubilarse.
Edwin, viudo dedicado a tareas religiosas y a visitar iglesias.
Letty, sin muchas perspectivas de futuro pero con la idea de irse a vivir al campo con una amiga
Norman una persona irónica muy dada al sarcasmo. Y por último Marcia, una mujer introvertida, maniática y con un carácter agrio y hosco.
Todos son personas solitarias, con vidas tranquilas y rutinarias y no demasiado sociales. Es un claro retrato de cuatro vidas humildes pero dignas de atención.

Los personajes son muy reales y humanos. Nos muestran las luces y sombras de la vejez y la soledad.

Es una historia que remueve. Es triste, divertida, tierna, nostálgica. Con un humor sutil y muy reflexiva.
Sin duda, una lectura pausada muy recomendada para esta época del año.

La vida, obra y milagros de cuatro compañeros de trabajo a punto de jubilarse en la Inglaterra de finales de los setenta. Esta es la historia que nadie cuenta sobre las personas que no cuentan, los que llegan a la vejez solos, en trabajos anodinos, sin grandes perspectivas más allá del té de las cinco. Porque mira que se hace té esta gente, por la gloria de Isabel II. Barbara Pym no es una autora que te cambie la vida, pero la hace más agradable. A mí me ha sacado de un bloqueo lector como una catedral de grande.

Desde que terminé la lectura de “Cuarteto de otoño” me he planteado el por qué del título de esta historia de Barbara Pym… y releyendo algunas partes creo haber llegado a la conclusión. La autora nos presenta a los cuatro compañeros de oficina del Londres de los setenta como individuos y a la vez en un cuarteto muy singular: Edwin, Norman, Marcia y Letty son cuatro ‘rara avis' en su propio universo. Cercanos a la jubilación, trabajan en un pequeño despacho de una gran oficina de la que apenas se relacionan con nadie, en unos puestos ¿administrativos? tan próximos desaparecer como ellos de la vida laboral activa.

Como si de un cuarteto de música de cámara se tratase, Pym nos va revelando fragmentos de sus personalidades, situaciones y anhelos en el curso de su historia. Edwin, Norman, Marcia y Letty -supervivientes de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial (no mencionadas)- tienen un carácter fuerte, son decididos y autónomos, y afrontan cada día como viene.

El otoño es una estación melancólica, y la novela de Pym tiene ese tono melancólico pero también, a su manera, desenfadado. Por eso, “Cuarteto de otoño” tiene mucho que ver con afrontar y sobrellevar la vida de una manera desordenada, la forma en que la mayoría de nosotros lidiamos con la vida: con indecisión, con desvelos nocturnos y con grandes dosis de confusión. Pero también trata de los lazos y vínculos que nos unen a otras personas -que no siempre reconocemos abiertamente-, lazos que podrían ser de poca importancia pero que hacen que los cuatros protagonistas se conviertan en compañeros de viaje en el largo camino que se llama vida.
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‘Cuarteto de otoño' es la historia de cuatro compañeros de oficina que están a punto de jubilarse. Comparten un pequeño espacio durante casi todo el día y apenas se conocen.
Es la década de los 70 y la sociedad está cambiando, nuestros protagonistas tendrán que adaptarse a esos cambios así como a su nueva situación vital.
Letty, Marcia, Edwin y Norman componen el cuarteto y aunque son muy diferentes entre sí comparten una misma característica que condiciona su forma de ser: la soledad.
Al contrario de las otras novelas de Pym esta no es una comedia de costumbres sino más bien una tragedia. Es una historia triste y melancólica aunque tiene pinceladas más amables y cómicas.

‘Cuarteto de otoño' se publicó en 1977, tres años antes del fallecimiento de la autora a causa del cáncer de mama. Una de las protagonistas sufren esta patología que marca de forma notable toda la trama.

He disfrutado mucho de esta lectura que sin duda va de menos a más. Me costó un par de capítulos entrar en la historia porque no podía diferenciar bien a los personajes.

Barbara Pym entra en mi lista de mejores descubrimientos de este año. Cuarteto de otoño es un libro que he disfrutado mucho a pesar de la tristeza y la soledad que lo envuelve.

Caracterizada por su costumbrismo británico, Cuarteto de otoño es una novela que narra el día a día de cuatro compañeros de trabajo que están próximos a la jubilación. Las vidas de estos personajes están carentes de vínculos afectivos y su soledad como personas mayores parece inminente.

Este libro me ha gustado mucho por dos simples razones. La primera porque retrata a la perfección la situación en la que se encuentran muchas personas mayores hoy en día. El hecho de no tener familia o alguien al que puedan recurrir en caso de necesidad, sumado al aburrimiento y el desamparo con el que viven me ha conmovido soberanamente. En segundo lugar, la fidelidad con la que Barbara Pym describe la sociedad inglesa: comportamientos y actitudes, humor británico, formas de vivir… Todo calcado.

Barbara se ha ganado una lectora fiel y estoy deseando seguir explorando todas sus obras para trasladarme a esa Inglaterra gris y lluviosa acompañada de un buen té con pastas.
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La historia es la de cuatro compañeros a punto de jubilarse, los cuales se encuentran muy solos (tres solteros y un viudo), y muestra sus vidas que pierden sentido al perder el trabajo también.

Está ambientada en los años 70 con lo que refleja ese choque generacional, la incomprensión del mundo moderno y la dificultad ecónomica y socialmente de los jubilados, especialmente de las mujeres.

Es un libro triste y melancólico pero que no pierde esa ironía característica de Pym ni ese toque de humor en algunos pasajes, los cuales te harán sonreír. Así pues, por ese toque nostálgico es muy adecuado para leerlo ahora en otoño🍂

Letty, Marcia, Edwin y Norman trabajan en la misma oficina de Londres. Su relación se limita al horario laboral, no parece que mantengan lazos de amistad. Sus personalidades son muy distintas, Letty no ha conocido el amor más que en las novelas. Marcia es excéntrica, arisca y se ha sometido a una "cirugía mayor". Edwin conserva su fe asistiendo a la Iglesia que mejor servicio preste y Norman es el punto sarcástico de este grupo.
Lo que tienen en común es que están a punto de jubilarse y la soledad porque ninguno tiene pareja ni familia ni amigos.

La incertidumbre de la jubilación cuando se está sólo en la vida y el desamparo se dan la mano en este relato melancólico y un tanto triste pero lleno de maravillosos diálogos en los que nos muestra que se necesita un poco de esperanza, el cariño de los demás y que todos tenemos a alguien a quien echar de menos.

Y a pesar de que no es un relato alegre me ha encantado quizá por la humanidad de sus personajes, o por el retrato de lo cotidiano o por la sensibilidad con la que muestra el "y ahora qué hago con mi vida" que he visto en tantas personas que se han jubilado.

Maravillosamente dolorosa y melancólica la narración de este Pym tremendamente recomendable.
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