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Desde que terminé la lectura de “Cuarteto de otoño” me he planteado el por qué del título de esta historia de Barbara Pym… y releyendo algunas partes creo haber llegado a la conclusión. La autora nos presenta a los cuatro compañeros de oficina del Londres de los setenta como individuos y a la vez en un cuarteto muy singular: Edwin, Norman, Marcia y Letty son cuatro ‘rara avis' en su propio universo. Cercanos a la jubilación, trabajan en un pequeño despacho de una gran oficina de la que apenas se relacionan con nadie, en unos puestos ¿administrativos? tan próximos desaparecer como ellos de la vida laboral activa. Como si de un cuarteto de música de cámara se tratase, Pym nos va revelando fragmentos de sus personalidades, situaciones y anhelos en el curso de su historia. Edwin, Norman, Marcia y Letty -supervivientes de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial (no mencionadas)- tienen un carácter fuerte, son decididos y autónomos, y afrontan cada día como viene. El otoño es una estación melancólica, y la novela de Pym tiene ese tono melancólico pero también, a su manera, desenfadado. Por eso, “Cuarteto de otoño” tiene mucho que ver con afrontar y sobrellevar la vida de una manera desordenada, la forma en que la mayoría de nosotros lidiamos con la vida: con indecisión, con desvelos nocturnos y con grandes dosis de confusión. Pero también trata de los lazos y vínculos que nos unen a otras personas -que no siempre reconocemos abiertamente-, lazos que podrían ser de poca importancia pero que hacen que los cuatros protagonistas se conviertan en compañeros de viaje en el largo camino que se llama vida. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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