[...] si un hombre te tiene totalmente a su merced, entonces aférrate a la esperanza de que ese hombre sea malvado. Porque a los malvados les encanta el poder, el poder sobre las personas, y quieren verte pasar miedo. Quieren que sepas que vas a morir. Así que hablarán. Se regodearán. Verán cómo te retuerces. Irán posponiendo el momento del asesinato de la misma manera en que otro hombre irá posponiendo el momento de encender un buen puro. Por eso debes aferrarte a la esperanza de que tu captor sea un hombre malvado. Porque un hombre bueno te matará sin llegar a abrir la boca. |