El papel pintado amarillo

Estamos ante una obra imprescindible. Era Charlotte una feminista en los tiempos en que serlo significaba riesgo, pasión, compromiso y CONOCIMIENTO. El papel pintado amarilllo -como ella explica en el por qué de escribir este relato- nace de su necesidad de impedir que otras mujeres sufrieran las consecuencias de las terapias erróneas contra la depresión que, por absoluta ignorancia, algunos médicos asociaban en la mujer al exceso de “trajín mental”, con lo cual no escribir, no leer y básicamente no pensar era el remedio para esta enfermedad; además de la luz, el aire fresco y el ejercicio (aquí estoy de acuerdo).
Supongo que estos médicos veían que los que menos le dan al tarro son más felices, lo que no veían es que cada uno viene con el tarro puesto de nacimiento y que apagarlo no es una elección, es más, que hacerlo te mata. La parte indecente es que esto sólo se aplicara a las mujeres, presuponiendo su debilidad mental. En cualquier caso, hay que ponerse en el momento histórico.
El relato es brillante, angustioso y de un simbolismo único elegido con gran inteligencia. El lenguaje, el diálogo interior, la estructura…todo es muy contemporáneo, hay frases cortas, idas y vueltas, metáforas, reflexiones…no parece un relato psicológico y terrorífico al uso decimonónico.
No quiero hablar de más (y no leáis el prólogo hasta terminar), pero atentos al tema del “arrastrarse” y el “colectivo femenino”, es demoledor.Fundamental el espíritu de la obra: no culpabiliza, no victimiza ni busca la confrontación de género, es constructivo e instructivo, y como tal consiguió que el médico en cuestión eliminara ese tipo de terapia. Ahí lo dejo.

Aparece el tema de la renuncia al proyecto de una misma por el sacrificio a la maternidad. La historia ha demostrado en ambos sexos que para el desarrollo del genio personal la exigencia de renuncia o abandono de la familia es algo real. Os animo a leer una maravillosa metáfora de la individualidad frente a la maternidad en “La novia del lobo” , de Aino Kallas, demasiado desconocida a pesar de su valor y belleza, editada por e ilustrada de forma inquietante por de la que hice publi hace un tiempo.

Por cierto, durante toda la lectura andaba preguntándome quien habrá diseñado en la película ese papel, que está descrito al detalle, pero tan vivo que parece imposible de dibujar. Y el olor.

El tapiz amarillo, contado como un diario en primera persona, relata de forma intimista, casi infantil, la estremecedora historia de una mujer enferma a la que constantemente niegan su enfermedad y a la que roban su autonomía en una sublime crítica hacia el sistema médico y el patriarcado de la época.

La única protagonista es la narradora, una mujer anónima de la que el lector solo sabe lo que ella le permite saber, lo que escribe en su diario. El resto de personajes son superfluos, lo que este relato quiere expresar se encierra dentro de la psique de la narradora.

Entrada a entrada la mujer va contando más intimidades acerca de ella y de lo que le rodea. Minimizada a cada momento su enfermedad por el marido que es médico y haciendola parecer paranoica y tampoco le permiten trabajar, así que escribe en su diario a escondidas.

A medida que el relato avanza la tensión se acrecienta: se observa cómo la protagonista se siente atrapada por su vida, su marido y todos los que la rodean.

El tapiz amarillo se inspira en la depresión posparto que sufrió la propia autora tras el nacimiento de su hija y en el método habitual con el que se trataba en aquel tiempo cualquier síntoma de lo que se consideraba simple histeria femenina.

Es un relato tremendamente complejo dentro de su sencillez, con una historia absorbente y pavorosa que muestra que muchas veces los peores monstruos a los que alguien se puede enfrentar no están fuera, sino en nuestra mente.

El papel pintado de amarillo es ese relato que nadie debería haberse sentido en la obligación de escribir. ¿De verdad había médicos que consideraban que la mejor forma de curar una depresión postparto era aislar a la paciente en una habitación, privada de cualquier estímulo y obligada a permanecer horas mirando al vacío? ¿Esa era su gran solución?

Charlotte Perkins Gilman escribió este relato después de una depresión postparto que casi acaba con su cordura y, menos mal que lo hizo, porque consiguió abrir los ojos a mucha gente para que ese remedio dejara de ser una práctica común.

Es un relato muy cortito pero impactante, escrito casi en forma de diario, los lectores somos testigos de la espiral de locura en la que se ve inmersa la protagonista. Su obsesión por el papel de patrones amarillos que adorna la habitación en la que está es el eje central de todo y lo que se llegará a convertir en una obsesión para nuestra protagonista. Una lectura en ocasiones asfixiante con un desenlace que me dejó sin habla y que entiendo que causara tanto revuelo en la época en la que se publicó.

En mi edición, además del relato que da nombre al libro, venían también otros tres más, en mi opinión menos impactantes pero igual de importantes. Son relatos con tintes feministas en una época donde la mujer era poco más que una histérica mujer florero.

¡Super recomendado!

¡Grata sorpresa esta escritora! No la conocía, pero resulta ser una mujer de lo más interesante. Considerada una precursora de la ciencia ficción, los relatos que componen este libro me parecen muy buenos, no solo por las denuncias feministas, sino también por el estilo y el punto de vista tan distintos de lo que he leído de la época.

El relato que da nombre a la antología, posiblemente el más conocido, tiene grandes referencias autobiográficas, lo que lo hace más interesante si cabe. No obstante, su forma de relatar esos meses de descanso forzoso en una finca colonial me ha parecido impactante y espeluznante. Si sumamos la historia tras el relato, con más interés se lee.

Pero también podréis leer en esta edición los relatos titulados: «Cuando fui bruja», «Si yo fuera un hombre» y «Transformada», todos igual de transgresores.

Tampoco tienen desperdicio la introducción de Maggie O'Farrell (cuyo "Hamnet" me entusiasmó) y una addenda de la autora: «Por qué escribí "El papel pintado amarillo"».

Totalmente recomendable.

Impactante se queda corto.

En este cuento clásico del S. XIX, la autora describe en primera persona la psiaquitrización forzada que sufrían las mujeres que padecían depresión.

Después de dar a luz a su hija, a la protagonista se le diagnostica un desorden nervioso e histeria y su marido decide tratarla aislándola de todo lo que pueda suponerle agotamiento mental, dejándola encerrada en una habitación ampliamente ventilada pero con un papel pintado de un color amarillo mareado y en la que sólo hay una cama anclada al suelo, y en la que tiene prohibido leer o escribir.

Me ha dejado horrorizada.

A pesar de ser un libro muy corto, esconde mucho entre sus líneas. A simple vista parece un relato corto sobre una mujer que se obsesiona con el papel amarillo de la pared de una habitación hasta que se vuelve loca. Pues bien, a parte de ser una historia con tintes biográficos basada en el diagnóstico que le hizo un médico a la autora sobre su depresión, la crítica al papel de la mujer en el matrimonio es brutal. A modo de resumen, ¿qué puedes encontrar en estas páginas? Las diferencias de roles en el matrimonio (mujer sumisa, dedicada a las tareas y completamente ignorante a ojos de todos), el rechazo a la enfermedad mental con "padeces de nervios, deja de ser tan histérica o triste y descansa", el hecho de que cada vez que vayas a expresarte o dar tu opinión te tomen por ignorante o tonta, lo que nos lleva al rechazo a la educación o cualquier actividad intelectual por parte de la mujer. Es que en serio, el tono irónico de la autora es genial. Ejemplo: "John se ríe de mí, claro, pero es lo que se espera del matrimonio" o "Menos mal que mi caso no es serio" (hablando de la depresión). En fin, leedlo. Yo seguiré en breves con otros relatos suyos.
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Una mujer acaba de dar a luz. El marido, médico, decide que deben irse a una finca al campo para que descanse, ya que se encuentra mal de los nervios. Debe reposar y no hacer ningún esfuerzo.
La finca es maravillosa, pero la mujer comienza a obsesionarse con el papel pintado de la habitación. Postrada en la cama, cree adivinar figuras que acechan y ojos que la miran. de esta forma empieza a escribir un diario donde deja constancia de sus hallazgos y poco a poco deja de dormir para vigilar las actividades del papel pintado.
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Charlotte Perkins Gilman publica en 1892 The yellow wallpaper en The New England Magazine tras una terrible depresión postparto, que se le diagnostica como "agotamiento nervioso" y para la que el controvertido neurólogo Silas Weir Mitchell le receta una cura de reposo.
En aquella época la depresión postparto no era un cuadro clínico conocido por lo que, a pesar de buscar ayuda especializada, lo único que recibió fueron las habituales prescripciones de reposo absoluto, desaconsejándole el trabajo intelectual o cualquier otra ocupación más allá del rol doméstico y familiar lo que la llevó a un agravamiento de su depresión y la acercó peligrosamente a un colapso emocional total. ¿No me creéis? Leed El papel pintado amarillo

“El papel pintado amarillo” es una novela corta o más bien un relato de la escritora estadounidense Charlotte Perkins Gilman. Publicada en 1892 e inspirada en la depresión que padeció la escritora después de dar a luz a su hija Katherine.
La protagonista, de la cual nunca sabremos su nombre, nos contará en primera persona, su estancia en una casa solariega durante el verano después del nacimiento de su bebé.
Ella se siente extraña, triste, una gran apatía invade su vida, su marido, que es médico, le dice que el reposo y estar tranquila en esa casa sin ver a nadie le vendrán muy bien.

Por supuesto ella no está demasiado de acuerdo, por no decir nada en absoluto, pero quien osaría a llevarle la contraria a un marido, y más a un marido que es médico y que parece saberlo todo sobre la salud, y más en particular sobre la salud de su esposa.
Así poco a poco vemos como la protagonista va encerrándose en ella misma, va buscando evadirse, y justo en esa habitación en la que se encuentra, el papel de la pared representará y reflejará su situación de una forma extraña, pero que al leerlo queda en el lector esa sensación de angustia, impotencia y desasosiego que la historia nos quiere transmitir.
Y es esa atmósfera que rodea a la mujer, ese sentir que solamente creyéndola loca puede liberarse de sus ataduras, esa búsqueda infructuosa de la libertad y de sentirse plena como persona y como mujer, es lo que persiste en el fondo del relato.
Está claro que sus ideas no son tenidas en cuenta, en cada página sientes como la infravaloran y la menosprecian, pero por supuesto es por su bien, y porque en ese momento ella está demasiado débil para tomar decisiones y saber lo que realmente le conviene. Se refleja claramente a la mujer como un apéndice del marido, como una persona cuya opinión no tendrá valor.
Es una historia inquietante e impactante pero más por lo que cuenta que por el hecho de saber que aún suceden estas cosas en este siglo y que aún falta mucho para llegar a esa igualdad deseada, y que las mujeres sean tratadas como personas autosuficientes y tan válidas como cualquier hombre.
El lenguaje utilizado y la forma de expresarse de la escritora ayudan a crear esa atmósfera angustiante y te trasladan a esa habitación de la casa solariega, además te permite vislumbrar lo que la narradora siente en cada momento, pudiéndote identificar con ella y sus pesares.

“El papel pintado amarillo” un relato real, narrado con gran maestría que te introducirá en el mundo interior tan rico y extraño de Charlotte Perkins Gilman.
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Un relato corto sobre la depresión postparto pero lo que sobresale es que haya sido escrito a finales del siglo XIX. En este relato, la protagonista narra que es lo que siente pero reflejándolo en el papel de pared amarillo que tiene el cuarto en el que está haciendo reposo. Aislada, sin capacidad para mostrar y decir sus sentimientos, nadie la escucha ni da crédito a sus sentimientos. Creo que la situación no ha comenzado a cambiar hasta hace bien poco. La depresión, en cualquiera de sus variantes, es una enfermedad silenciosa a la que muchas personas juzgan de forma negativa. Para reflexionar…