El papel pintado amarillo

En ese papel hay cosas que sólo sé yo; cosas que no sabrá nadie más.

Confiar demasiado en la gente es arriesgado

la comida depende más o menos de tu apetito, pero el aire puedes aprovecharlo todo el tiempo.

Si hubiera llegado a comprender los términos del contrato unilateral con Satanás, los Tiempos de Brujería se habrían prolongado, de eso pueden estar seguros.

No sé por qué tengo que escribir esto.
Yo no quiero.
No me siento capaz.
Y sé que John lo vería absurdo. Pero tengo
que decir lo que siento y pienso de una manera
o de otra...

Me dijo que yo era su amor y su consuelo, lo único que tenía y que yo debía ocuparme de mi salud y ponerme bien por él.

no sabe realmente cuánto estoy sufriendo. Sabe que no existe ninguna razón para que sufra y eso le basta.

Luego deseé, con todas mis fuerzas, que las mujeres, todas y cada una de ellas, por fin se dieran cuenta de qué es ser mujer; de que fueran conscientes de su poder, su orgullo y su lugar en la vida.

Sobre el cabezal de la cama el papel está arrancado en grandes pedazos hasta donde puedo alcanzar, y también en otra punta de la habitación, en una zona grande junto al suelo. En mi vida había visto un papel tan horrible.

John es médico y quizá… –no se lo diría a nadie, obviamente, pero esto es papel mojado y escribirlo me supone un gran alivio mental–, quizá sea esa una de las razones por las que no me recupero con más rapidez.