“Un perro no es más que una lealtad en busca de una causa. Dale una idea a uno como yo, un amo o un objetivo en la vida, y se aferrará a ello con los colmillos apretados.
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“Un perro no es más que una lealtad en busca de una causa. Dale una idea a uno como yo, un amo o un objetivo en la vida, y se aferrará a ello con los colmillos apretados.
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Una de las ventajas que los animales poseemos sobre los humanos es que nadie nos exige ser políticamente correctos.
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Mi cabeza ya no es lo que era antes. Las ideas y los recuerdos van y vienen, y las cicatrices viejas que tengo en el hocico, las patas y el lomo parecen volverse frescas. Envejezco, supongo.
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_Permítanme que les diga que un amo, no siempre está está a la altura de su perro._
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—Cachorrillos o adultos, mataremos a cuantos podamos, como en el Desolladero, y que el Gran Perro, o el Dios de ellos, separe a los buenos de los malos.
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—En los momentos críticos de la Historia —dijo—, siempre hay un pelotón de perros disciplinados que salva la civilización occidental.
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—Comparada con la nuestra, la de los animales, la justicia de los humanos no vale una mierda.
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Nací mestizo, cruce de mastín español y fila brasileña. Cuando cachorro tuve uno de esos nombres tiernos y ridículos que se les ponen a los perrillos recién nacidos, pero de aquello pasó demasiado tiempo. Lo he olvidado. Desde hace mucho todos me llaman Negro.
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Quizá por eso, añade, los perros de mi casta, ya desde cachorros, tenemos ojos de viejo, alma llena de costurones y mirada resignada, hecha de siglos de sangre y fatalidad.
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A diferencia de los humanos, los cánidos casi no conocemos la hipocresia
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10 negritos