El maestro de esgrima

Novela sin autor.

El maestro de esgrima es un buen libro:
- Está bien escrito.
- Muy bien ambientado y contextualizado.
- Los personajes bien desarrollados.
- Novela histórica, policíaca, y romántica.
(tres en uno).
- Elegante, sensual e intrigante.
- Adictiva.
- Original
- ...y muy entretenida
Si tienen oportunidad, léanla...muy recomendable.
Somos hijos de nuestro tiempo,de nuestra educación y condición, y ninguno estamos exentos de convertirnos, por las circunstancias correspondientes, en desagradables, pretenciosos, estúpidos, o simplemente, en gilipollas.
No somos responsables de los comportamientos de nuestros progenitores.

El autor y su obra.

Novela huérfana, o dada en adopción (lo que prefieran), pero merece la pena.

Sorprendente!
Os cuento. Es la segunda vez que lo leo, la primera fue hace muchos años y recuerdo que me gustó mucho, pero no me acordaba de la trama, y surgió la oportunidad de volver a leerlo junto a @leo_bookslover @mankell_81 @manuela_st76 y @sofikas76 y dije, adelante.
Y deciros que me ha vuelto a encantar. La historia está super bien contada, qué maestría tiene Pérez Reverte con las palabras. Los personajes están muy bien perfilados, la parte histórica muy interesante del modo en que nos la cuenta, a través de tertulias entre amigos en un café, y el misterio está servido... Con muy pocos personajes consigue una historia redonda. Todo ello aderezado con unas clases de esgrima y un golpe maestro, que hace que te fascine el arte de la esgrima, porque da igual de lo que te hable este escritor, de esgrima, de esquimales o de la teoría de la relatividad...todo te va a resultar fascinante.

Así que sólo me queda recomendaros al autor y que disfrutéis con sus novelas.

Será porque el contexto histórico evocado es poco conocido (Madrid en 1860), en todo caso es un aspecto de la novela que encontré decepcionante en comparación con otros Pérez-Reverte que había leído.
En cuanto a la parte de la novela policíaca, aquí también hay una pequeña decepción...
Queda el arte de la esgrima, del cual ignoro todo como muchos lectores: allí recuperé la eficacia de la escritura de Pérez-Reverte, Maestro de la descripción de combates de todo tipo.

Tardé muchos años en conectar con la forma de escribir de Pérez-Reverte, en mi juventud me parecía que iba de “muy sobrado” y ahora, que tras leer sus libros sobre perros que me han encantado, por fin lo había conseguido, he decidido desempolvar este libro que lleva en mis estanterías lo que parecen ser miles de años.
He debido de mejorar como lectora, porque no he notado ese lenguaje tan pedante que recordaba, pero me da mucha pena decir que no he conseguido meterme en la trama, ni identificarme con alguno de los personajes y, por supuesto, me la traen al pairo las clases de esgrima, que ocupan buena parte de los capítulos. Son poco más de 200 páginas que me han costado días, me ha parecido muy lento y pesado, sólo me he llegado a enganchar en la última parte.
Tanto don Jaime como Adela me parecen de lo más sosos. Si de algo me ha servido es para darme cuenta de que todavía tengo mucho que crecer como lectora y también, lo más importante, dejar un hueco en la repisa de “libros sin leer”. Yo no volvería a leerlo, pero si os gusta este arte y sois capaces (al contrario que yo) de diferenciar una espada de un florete, os diré: adelante con él.

Creo que era el único libro de Reverte que me quedaba por leer y he de decir que como todos los demás me ha entantado. Me gusta su prosa ágil, la ambientación en un Madrid de época, las aventuras que se producen a lo largo de esta lectura e incluso su intriga. Desde luego este autor nunca me defrauda.

La trama de la novela gira en torno al asesinato de un noble amigo y alumno de don Jaime de Astarloa, asesinado con una estocada de esgrima que sólo él y unos pocos espadachines conocen. Y que recientemente enseñó a una seductora y misteriosa mujer que hizo calentar el viejo y helado corazón del maestro. Es un libro entretenido para leer en una semana de vacaciones sin entrar en temas de demasiada profundidad.

Reverte casi nunca me ha decepcionado, mucho menos cuando se trata de novela histórica. El Maestro de Esgrima es un ejemplo de ello.
Entretenida desde el comienzo, atrapa al lector con sus descripciones y sus personajes.
Jaime Astarloa es ese tipo de hombre que se niega a abandonar las viejas costumbres y tradiciones, defensor férreo del arte de la esgrima, que se niega a verla reducida a un sport más. Se ve envuelto por azares del destino en toda una conspiración a la que es ajeno hasta el último momento por lo que podemos llamar, en palabras de uno de los personajes: inocente inconsciencia.

Sin duda el personaje que más me cautivó en todo momento era Doña Adela de Otero, a excepción de las extras, único personaje femenino de la obra, que posee una personalidad cautivadora, tanto para el propio Don Jaime como para el lector.
Si bien, precisamente por esto era fácil asumir el final, dado que no somos tan inocentes como nuestro protagonista.

En resumen, si se es fan de la novela histórica y de la esgrima, e incluso hasta cierto punto del crimen y espías, es una novela que debe leerse.

La novela se lee muy bien, es entretenida e interesante porque nos pasea por un Madrid de época, lleno de tertulias con sus charlas apasionadas, su bullicio, sus carruajes, su gente diversa donde el honor ya no tiene su sitio, ni en la monarquía, enredada en especulaciones de toda índole, ni en el pueblo, dispuesto a traicionar por cualquier monto de dinero.

El maestro de esgrima es Jaime Astarloa, un hombre crepuscular de otro tiempo que vive y hasta se viste de manera anacrónica, que posee un código del honor estricto y que se verá envuelto en una conspiración terrible, arriesgando su propia vida y salvándose gracias a su estocada perfecta. Para este hombre decimonónico, una pistola no es un arma, sino una impertinencia. El piensa que los hombres dispuestos a matarse, deben hacerlo cara a cara; no desde lejos, como infames salteadores de caminos. El arma blanca tiene una ética y hasta una mística, de la que todas las demás carecen. La esgrima es una mística de caballeros.

Es una novela que prefigura aquellas de la serie del capitán Alatriste porque el héroe, el maestro Jaime Astarloa es un émulo del espadachín del siglo de oro: hombres de férreos principios, héroes crepusculares y cansados cuya época ya pasó, pero que siguen anclados en un presente que no les gusta y que les ha llevado al desencanto.

La novela está articulada en capítulos que llevan por título movimientos de la esgrima, lo que puede resultar desconcertante para el no iniciado , la novela transcurre en un Madrid de 1868 donde los militares, encabezados por el general Juan Prim, conspiran contra la monarquía considerada como decadente . Monarquía representada por la reina Isabel II (1833-1868) quién será destronada en 1868 por la » Revolución Gloriosa » llamada también La Septembrina.
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