El personaje de moral poco convencional de Teresita Villaescusa es el alma de esta novela. Es la cortesana generosa que encarna la desamortización de Madoz en la época de la Unión Liberal. Es una metáfora del momento histórico retratado: la cortesana es generosa con el dinero ajeno que ha conseguido con sus artes de seducción. Parece ser que para Galdós Madoz fue más seductor que Mendizábal a la hora de desamortizar los bienes de las manos muertas. También presenta otro personaje nuevo: Santiuste, representación de la pureza y la bondad en un mundo corrompido. En esta España de cesantes y arribistas que viven de la teta del Estado, Santiuste vive en la más absoluta miseria hasta que es rescatado de ella por la generosa Teresa. |