Bloom

Esta novela gráfica LGTBI describe perfectamente la historia de dos chicos adolescentes que fuera de los estereotipos que ahi hoy en día se enamoran.
Me ha encantado los gráficos, los diálogos son muy amenos, te lo lees muy rápido y es muy divertida aunque estes en un parón lector y se te pasa la tarde rápido. Porque lo digo? Porque me ha pasado así. No dudéis en leerla porque te lo pasaras muy bien con esta historia de amor.

3.5

Que bonita historia de amistad, amor, familia, amigos y comida rica…

Lo primero decir que el libro es precioso, las ilustraciones en gama de azules son increíbles. La verdad es que es de admirar todo el trabajo que supone crear una novela gráfica de este tipo, porque, además es un volumen de casi 400 páginas ilustradas, normalmente no suelen ser tan extensos.

Creo que es de las primeras novelas gráficas de este tipo, con una ambientación de aire indie, que leo/veo un beso guapo, guapo y pasionalmente bonito.

Un libro que me ha provocado muchísima hambre, unas ganas terribles de ir a cenar, a desayunar, y comer al restaurante griego, pero es que con un gyros no me he conformado… porque la historia sucede en su mayoría en una pastelería, en un hormo familiar, mejor dicho, en el horno de la familia Kyrkos.

Una historia que empieza con una amistad preciosa entre Ari y Héctor, pero que va convirtiéndose en algo especial.

Si que tengo que decir que me esperaba algo más… porque es una historia bonita, es una pareja preciosa, las ilustraciones son increíbles… pero se me ha quedado floja para su lo que es su extensión.

Ellos son adorables y la familia es muy griega, y tiene todas las condiciones para ser una historia memorable, pero… se queda simple.

Aunque no hace mucho se anunció una segunda parte, y quizás toda esa chicha (de historia, que no de comida) la vemos ahí. Ya os contaré cuando decidan publicarla.



Kevin and Savanna, gracias por la tinta*


@best_22_witches

Fue una lectura rápida y entretenida.
La historia nos cuenta la vida de Ari en la panadería de sus padres, pero él siente que no pertenece a ese lugar y quiere marcharse para descubrir lugares nuevos y conocer más gente de su edad. Con la sensación en el alma de que sus padres no le comprenden, sus días son monótonos y cansados, hasta que conoce a Héctor, el nuevo empleado en la panadería, con quien entabla una relación de amistad rápidamente, convirtiéndose en la persona que le haga plantearse si verdaderamente quiere marcharse o quedarse.
La historia en sí no es una trama complicada, más bien es un tanto infantil, sencilla y, para mi gusto, apresurada al final. La narrativa fue como una montaña rusa, el principio lento como la subida, el desarrollo constante como la cima y el desenlace como la bajada, rápido e indoloro.
Podría darle tres estrellas a la historia pero el dibujo es lo más maravilloso del libro, siendo claro, proporcionado y con esos tonos azulados que le dan frescura y un toque veraniego a la historia.
Sinceramente, cada personaje me pareció único y característico, siendo mi favorito indiscutible Héctor, un pequeño trocito de pan calentito al que hay que proteger. Irónicamente la persona con la que más me costó empatizar fue con el protagonista Ari, pues, a mi parecer, sentía que era la típica persona que se queja porque percibe que el mundo va en su contra y no tiene en cuenta, en muchas ocasiones, los sentimientos de las personas a su alrededor.
En resumen, no se trata de un "best seller", pero la historia es tranquila y agradable de leer, muy buena para cuando se tiene un bloqueo y uno no sabe qué leer. Es un gran libro, también, para todas esas personitas adolescentes que quieren empezar a leer o quienes quieren conocer más acerca de la comunidad LGBTIQ+ y su variedad de historias, situaciones y dilemas.

Una historia con representación LGBT que me ha parecido cuquísima y que me ha recordado un poquito a Heartstopper. El personaje de Héctor me ha gustado mucho, al igual que la evolución de Ari y cómo se ha desarrollado su relación, aunque me hubiese gustado un poquito más de historia porque me he quedado con ganas de más. Los colores en tonos azules son un gran acierto.

Ari terminó la preparatoria y está listo para comenzar su vida: mudarse a la gran ciudad, triunfar con su banda y, sobre todo, dejar la panadería familiar, si logra convencer a su papá. Cuando era niño disfrutaba trabajar ahí, pero ahora no se imagina pasar el resto de sus días amasando, lo que quiere es tener historias que contar. Mientras entrevista a candidatos para reemplazarlo, conoce a Héctor, un chico lindo que ama la panadería tanto como él quiere escapar de ella. Ari y Héctor tienen una química inexplicable que los acerca más y más con cada receta que comparten y con cada charola de pan que sale del horno. El amor está listo para florecer… si es que Ari no lo arruina antes.

Comenzando por el dibujo, pues es lo que me decidió a leer esta novela, sólo puedo decir que es precioso. La paleta de azules usada le da a todo el libro un ambiente de calma y sosiego, enfatizado en las escenas en las que cocinan, que transmiten muchísima paz. Los diseños de los personajes son adorables y son todos muy expresivos, lo que hace que empatices más con ellos y les cojas incluso más cariño. Además, los dibujos del pan y otros postres son deliciosos, te dan ganas de sacarlos de las páginas y comértelos.

Lo que menos me ha gustado de la obra es Ari. Es un protagonista que no me ha acabado de convencer, desde el principio es un personaje infantil y egoísta que no parece consciente de su situación familiar, y su evolución no acaba de llegar ni siquiera al final de la obra. Héctor me ha encantado como personaje, me parece mucho más complejo e interesante, a pesar de que tiene muchas menos páginas dedicadas a él. Me habría encantado conocer un poco más de su historia y llegar a conocerlo a él un poco más. Menos Ari y más Héctor creo que me habría hecho disfrutar más el libro.

Como historia de amor no está mal, pero el hecho de que no me guste Ari como personaje estropea un poco las bonitas escenas que tiene junto a Héctor a lo largo de la novela. A pesar de todo, me parece una historia perfecta para leer en una tarde y dejarte con una sonrisa dibujada en el rostro.

Irbis.

Kevin Panetta y Savanna Ganucheau han creado una perfecta novela gráfica con el primer amor, postres deliciosos, decisiones equivocadas. Además, nos muestran cómo encontrar a las personas con quienes crecer se vuelve una aventura increíble. La historia nos presenta a Ari, que ha terminado la preparatoria y está listo para comenzar su vida mudándose a la gran ciudad para triunfar con su banda y, sobre todo, dejar la panadería familiar, si logra convencer a su padre.

Cuando era niño disfrutaba trabajar ahí, pero ahora no se imagina pasar el resto de sus días amasando y horneando. Mientras entrevista a candidatos para reemplazarlo, conoce a Héctor, un chico muy tierno que ama la panadería tanto como él quiere escapar de ella. Ari y Héctor tienen una química inexplicable que los acerca más y más con cada receta que comparten y con cada pan que hornean. El amor entre ellos empieza a florecer, pero la vida no es perfecta y los accidentes ocurren.

Ha sido una lectura rápida y muy tierna, donde se nos muestra la vida tal y como es, con sus altibajos, sus problemas y cómo podemos solucionar nuestros errores. La comunicación entre los personajes para lograr entenderse y a perdonarse es muy bonita. Además de la historia, al final podemos encontrar algunos detalles sobre su producción y otras ilustraciones, una playlist y una receta muy especial para la familia de Ari.

Me ha parecido una novela muy ligera y entrañable. Veremos la historia de Ari, un chico cuyos padres tienen una panadería pero que sueña con vivir lejos de su pueblo y tener éxito con la música.

Sin embargo, a lo largo del verano se dará cuenta que las cosas no son tan fáciles y que dejar atrás a su familia no irá tal como había pensado, pese a que contratase a un empleado para ayudarles…

Es una historia de amor, juventud y madurez, con unos colores y dibujo preciosos. Os lo recomiendo!

Que novela gráfica tan bonita!

Acá nos cuentan la historia de Ari, un muchacho que vive con sus padres y trabaja en una panadería, pero el quiere irse de casa porque quiere tocar música con sus amigos y su banda en una ciudad grande, pero su vida empieza a cambiar cuando conoce a Héctor, un muchacho que ama cocinar y termina trabajando en la panadería con Ari.

Me gusto mucho el arte, pero la historia también es muy bonita, porque vemos como se va desarrollando la relación de Ari y Héctor, además que vamos viendo cómo es la vida de Ari y como el va a encontrar su camino y va a descubrir que es lo que en serio ama hacer en la vida. También tenemos a Héctor que es una persona muy bella, y que en cierto modo ayuda a Ari a entender lo que en serio quiere en la vida.

Y acá es mi momento para decir que Cameron me cayó súper mal desde el primer momento que apareció.

Sí y a la vez, no. Es una historia muy tierna y dulce, tanto en el dibujo como en la narración. Ambos reflejan muy bien la dulzura que se respira en esa pequeña historia de amor, pero quizás el problema es que tampoco tiene mucho más que rascar y quizás se entra un poco en los mismos tópicos de siempre conocidos ya por todos. Para alegrarte un poco el corazoncito un domingo por la tarde.

Hacía mucho que quería leerlo y no hay mejor manera de empezar el año que leyendo esta historia.

He tenido que darle 4 estrellas porque no es #HeartStopper y yo la verdad que no supero esa saga de cómics #sorrynotsorry

Me han encantado los personajes y las distintas ambientaciones.
Me ha parecido curioso que el cómic sea en colores azulados y blancos.

Bloom es un único tomo y por tanto la historia tiene un principio y un cierre. Me hubiera gustado una continuación para poder saber qué pasa con los personajes. Me ha dejado con ganas de saber y de qué hubiera desarrollado otros temas.
Perooooo... ¡Me ha gustado mucho y por eso os lo traigo hoy en un post!

Te animo a qué lo leas y me cuentes.