El paso de la hélice

La sinopsis de este libro despertó mi interés: un misterioso escritor desaparecido, el mundo editorial como trasfondo, una novela capaz de cambiar la vida de quien la lee… Y por si esto fuera poco, "El paso de la hélice" se publicaba en 2014 pero resulta que se escribió diez años antes, información editorial que no hizo sino aumentar mis ganas por leer el libro.

Definitivamente me pudo la curiosidad. ¿Cómo era que se publicaba ahora, diez años después de escribirse? ¿Qué había pasado con esta novela? ¿Había estado guardada en un cajón esperando un editor que la sacara del olvido?

Internet me sacó de dudas. Santiago Pajares, el autor, la escribió con tan solo veintitrés años, y no, no estaba guardada en ningún cajón. Resulta que fue publicada por la desaparecida editorial Tabla Rasa con una portada, por cierto, bastante anodina y a pesar de que tuvo cierto reconocimiento pasó desapercibida para el gran público hasta que Antonia Kerrigan, agente literaria del autor, la rescató. Y de ahí a la editorial Destino.

Adelantaré que el libro me gustó muchísimo, y no sé si la comparación será correcta pero en algunas ocasiones me recordó a "La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón, y esto lo digo como un piropo por si a alguien le quedara alguna duda.

La trama principal con las andanzas de David tratando de averiguar quién de los habitantes del pueblo es el autor Thomas Maud está rodeada de intriga muy bien manejada y las páginas se devoran. La ambientación en el Valle de Arán nos regala escenas inolvidables -como la de los árboles con los nombres de los habitantes del pueblo y que serán la futura madera para sus ataúdes- y personajes muy variados cuyas historias tienen la capacidad de apelar a las emociones del lector.

Lo que no esperaba encontrar en el libro fue una trama paralela que finalmente cobra casi tanta importancia como la otra y que se desarrolla, al contrario de la de la búsqueda del escritor, en el más puro y duro de los realismos. Se trata de la historia de Fran, un drogadicto en cuyas manos cae accidentalmente un ejemplar de "La hélice", la saga literaria del misterioso escritor que tiene que encontrar David, el protagonista.

En un principio y metida de lleno como estaba en la resolución del misterio del escritor desaparecido, toparme de frente con el mundo de la droga relatado con tal detalle no solo me desconcertó sino que hasta me irritó; el autor me sacaba de golpe de mi zona de confort, de esa maravillosa y misteriosa ambientación en el Valle de Arán, para meterme de sopetón en Las Barranquillas de Madrid, en sus chabolas y en sus drogas. Una nueva trama diametralmente opuesta a la otra, con nuevos personajes por conocer y cuyo único punto de unión con la principal parecía ser el famoso libro "La hélice".

Con bastante reticencia me resigné y resultó que poco a poco me fascinó la historia de Fran, por su realismo y por su fuerza. La relación de Fran con las drogas está narrada con tanta precisión y se percibe tan auténtica que me pregunté cómo era que el autor sabía tantas cosas sobre ese mundo. al final del libro, en el apartado de agradecimientos, el autor explica que para documentarse pasó tres meses en un servicio de intercambio de jeringuillas en Las Barranquillas. Y al leerlo ya no supe qué me impresionaba más, si lo bien retratada que estaba la vida de Fran o que un chaval de veintitrés años, en lugar de estar por ahí de parranda con los amigos tuviera los arrestos de irse tres meses a Las Barranquillas para documentarse. Como para quedarse pensando…

Además, la historia de Fran trajo consigo el descubrimiento de otros personajes de los que te dejan huella, como es el caso de su amigo Requena, que resulta entrañable por su lealtad y cercano por sus problemas personales y laborales; un personaje que se antoja real, como si lo pudiéramos encontrar a la vuelta de la esquina, tan carismático que sufres por él y compartes sus preocupaciones.

Son muchas las virtudes que tiene esta novela y más si tenemos en cuenta la edad que tenía su autor cuando la escribió, y no solo desde el punto de vista formal sino por la manera en que aborda ciertos temas -la droga, la amistad, la enfermedad, el amor, los problemas del mercado editorial…-, propia de una persona de más edad y más curtida en los asuntos de la vida, lo cual, además de madurez, denota una gran habilidad para la escritura y sin duda muchas horas de trabajo detrás.

"El paso de la hélice" me ha parecido una novela con mucha fuerza, cargada de intriga y tan absorbente como la mejor de las novelas de misterio, que conjuga con armonía la ilusión con la más pura realidad; pero también una historia optimista, de superación, de segundas oportunidades; una historia sobre el poder curativo de la literatura y que merece la pena descubrir.