Con esta, su segunda novela, Silvia, me ha vuelto a conquistar.
En esta ocasión nos encontramos en el año 2320. En un mundo distópico, en el que el ser humano ya no puede dormir de manera natural. Por lo que las horas de sueño, más conocidas como tiempo Rem, se convertirán en moneda de cambio. Esto ha hecho que el mundo se halla divido en dos sociedades muy diferentes. Los Rem, que cuentan con horas de sueño suficientes, y los Norrem, que rascan las horas de sueño de donde pueden. Con este trasfondo, nos encontramos a Kawachi, una Norrem que verá como por un azar del destino su vida dará un giro de 180 grados. Y por el otro está Ivo, un trabajador en una casa de sueño. Sus vidas se acabarán cruzando, lo que les llevará por un viaje sin retorno.
Los personajes son increíbles, están muy bien construidos, pero me quedo con los dos protagonistas de la historia. Me es imposible poder elegir entre Kawachi e Ivo. Kawachi, una superviviente, siempre pensando en su familia. E Ivo, alguien que quiere cambiar el mundo en el que vive a pesar de que ello le traiga consecuencias. Son personajes muy diferentes, pero que se complementan perfectamente, de los que te calan hondo y es difícil olvidar, es imposible no empatizar con ellos.
La historia está dividida en tres partes. La primera con ritmo más lento pero muy necesaria para el buen desarrollo de la trama. Ya que sirve a modo de presentación tanto de los personajes como de la sociedad en la que viven. Las otras dos partes mucho más rápidas que hacen que no puedas dejar de leer. Junto con un final muy sorprendente que te deja con ganas de más. Con capítulos cortos, e intercalando los puntos de vista de Kawachi e Ivo, haciendo así que la novela sea más dinámica.
Y por último, aunque no por ello menos importante, está la crítica que la autora hace a la sociedad. A una sociedad consumista, cada vez más individualista y con muy pocos valores. Que es capaz de cualquier cosa por conseguir lo que quiere. Algo para hacernos reflexionar.
Como conclusión, no puedo parar de recomendar el libro. Mi mejor lectura de julio, y seguramente estará entre mis mejores lecturas del año. Una novela sorprendente que no te deja indiferente.
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