La chica salvaje

Afrontémoslo, hay veces en que el amor no sale bien. Pero incluso cuando es un fracaso,te conecta con otros, y, al final,eso es lo único que te queda:las conexiones.

La soledad se había convertido en un apéndice natural de Kya, como un brazo.

Nunca subestimes
al corazón,
capaz de actos
que la mente no puede concebir.
El corazón dicta además de sentir.
¿Cómo, si no, podrías explicar
el camino que he tomado,
que tú has tomado,
el sendero que pasa por aquí?

Afrontémoslo, hay veces en que el amor no sale bien. Pero incluso cuando es un fracaso, te conecta con otros, y, al final, eso es lo único que te queda: las conexiones.

Hay partes de nosotros que siempre serán lo que fuimos, lo que tuvimos que hacer para sobrevivir en aquellos tiempos.

Una parte de su corazón anhelaba, la otra se escudaba.

Kya no recordaba cómo se rezaba. ¿Lo importante era cómo poner las manos o lo fuerte que cerrabas los ojos?

—No creas que la poesía es para maricas —siguió diciendo Scupper—. Hay muchos poemas de amor muy ñoños, sí, pero también los hay graciosos, y muchos sobre la naturaleza, incluso sobre la guerra. Están para hacerte sentir algo.

Los rostros cambian con las penurias de la vida, pero los ojos siguen siendo la ventana de lo que se fue.

—Te he querido siempre. Te he querido incluso cuando era niña, en una época que no recuerdo.