La soledad se hizo más grande de lo que podía contener. Ansiaba la voz, la presencia, el tacto de alguien, pero ansiaba aún más protegerse el corazón.
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La soledad se hizo más grande de lo que podía contener. Ansiaba la voz, la presencia, el tacto de alguien, pero ansiaba aún más protegerse el corazón.
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Y esconderé a la doncella en un ciprés, cuando la pisada de la muerte esté cerca.
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10 negritos