Baja el nivel en este tomo en el que O'Neil quiere imitar la contundencia de Miller en los textos, sobre todo en los inicios, pero no da con el toque de interés suficiente en los guiones, que se vuelven fáciles y, en ocasiones, poco trascendentes, con enemigos de poca monta y situaciones extravagantes que hacen que la serie regrese a finales de los setenta en vez de seguir en la línea modernista que marcó su antiguo guionista. Poco más que aportar. Entretenido, sin más. |