Pero esos ojos melancólicos, cándidos, esa tibieza singular que manaba de ella…
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Pero esos ojos melancólicos, cándidos, esa tibieza singular que manaba de ella…
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(…) y a partir de entonces ella me hechizó, hasta que, al fin, veinticuatro años después, rompí el hechizo encarnándola en otra.
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Pueden confiar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante.
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¿Comprenden ustedes? La quería. Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista.
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Años de oculto sufrimiento me habían enseñado un autocontrol sobrehumano.
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(…) esos contactos incompletos producían en nuestros cuerpos jóvenes, sanos e inexpertos, un estado de exasperación tal, que ni aun el agua fría y azul, bajo la cual nos aferrábamos, podía aliviar.
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Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante. Y desesperada, debería agregar, porque este arrebato de mutua posesión sólo se habría saciado si cada uno se hubiera embebido y saturado realmente de cada partícula del alma y el corazón del otro.
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Tengo ahora ante mí la desagradable tarea de registrar una caída definitiva en la moral de Lolita. Aunque su participación en los ardores que con descendía nunca había aumentado mucho, el puro lucro aún no se había revelado.pero yo era débil, no era sensato, y me nínfula colegiala me esclavizada. A medida que menguaba el elemento humano, la pasión, la ternura, la tortura no hacía sino aumentar; y ella sacaba partido de ello.
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Por favor, lector: a pesar de tu exasperación contra el tierno, morbosamente sensible, infinitamente circunspecto héroe de mi libro, ¡no bonitas estas páginas esenciales! Imagínate: no puedo existir si no me imaginas. Trata de discernir a la libre en mí, temblando en el bosque de mi propia iniquidad; y hasta sonríe un poco. Después de todo, no hay nada malo en sonreír.
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El cotidiano dolor de cabeza en el aire opaco de esta tumba que es mi celda me perturba, pero debo perseverar. He escrito ya más de cien páginas y no he llegado a nada todavía. Mi calendario se confunde. Debió de ser hacia el 15 de agosto de 1947. No creo que pueda seguir. Corazón, cabeza, todo... Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita. Repítelo hasta llenar la página, tipógrafo.
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¿De qué nacionalidad es el autor de esta novela?