El asesino hipocondríaco

Jajajajaja...pues si...os vais a reír...no podréis parar.
Eso os lo aseguro.
Una novela tan divertida como bien escrita.
Aquí tenemos a Juan Jacinto Muñoz Rengel en su vertiente más divertida.
Una novela top...una novela que cualquier lector debería leer.
Imaginemos un asesino a sueldo... llamémoslo señor Y...debe cumplir un último encargo pero para conseguirlo tendrá que superar un pequeño obstáculo...le queda solo un día de vida.
En realidad eso es lo que él piensa...y el autor aprovecha esta novela como excusa excelente para contarnos las penalidades de los hipocondríacos más célebres de la historia...Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant...y un largo etcétera que nos producirá dolores estomacales de tanto reír.
No me valen las escusas...es una novela que disfrazada de ligera es una maravilla...un fijo ganador...no os defraudará...haceros el mayor favor de los últimos años y leerlo.
Ya os mandaré mi cuenta corriente para quien me lo quiera agradecer como me merezco... pues si...una vez más... señoras y señores pasen y lean

Definitivamente este ha sido el libro del confinamiento. Necesitaba leer algo ligero, que no me hiciera pensar, divertido y entretenido. ¡Y todos los requisitos los ha cumplido! Es un thriller diferente: narrado en primera persona por M.Y., un asesino extravagante, hipocondríaco, kantiano, divertido y con muy mala suerte, que nos describe sus hazañas y sus intentos de asesinar a su último objetivo, al tiempo que burla a la muerte, nos cuenta su historial de enfermedades y síndromes variopintos y nos descubre otros escritores muy conocidos que también sufrían esas mismas desdichas. Ésa ha sido una de las cosas que más he disfrutado de la novela, conocer dramas y ninguna comedia de escritores de la talla de Descartes, Mary Shelley, Kant, Poe, Voltaire… Me ha parecido muy curiosa la forma en que el autor nos enseña cosas, que al menos yo, desconocía de estos autores y cómo lo hila con el personaje y la historia. El señor M.Y., que piensa que ya se acerca el final de sus días, debe acabar con el señor Blaisten, pero dadas las desgracias, el infortunio y la buena suerte de uno, que es la mala suerte del otro, el señor Blaisten suele salir inmaculado de cada intento de asesinato. Esto me ha recordado a alguna manera las peripecias de Coyote y Correcaminos, cómo uno acababa siempre huyendo de la muerte pese a los muchos intentos del otro, y esa rememoración me ha causado gracia. Otra de las cosas que más me ha gustado es el protagonismo de Madrid, de algunas estaciones de metro o de zonas que conozco muy bien y que, en época de confinamiento, me ha hecho echar un poco menos de menos esas zonas: Goya, Concha Espina, Moncloa o Retiro. Lo recomiendo para estos días, para épocas en las que no tengamos la cabeza para mucho lío o para leer en la piscina. Un libro ligero, entretenido, a ratos divertidos y que se puede leer en cualquier circunstancia o lugar.

“La medicina es sólo el arte de entretener al paciente, y yo diría que a expensas de socavar su estado de ánimo y lo poco que le quede de su buena salud” ~ El asesino hipocondríaco de Juan Jacinto Muñoz Rengel.

La primera vez que leí a este autor fue con La capacidad de amar del señor Königsberg, un libro con un toque surrealista que me hizo pasar ratos muy divertidos. Tenía que leer más, así que escogí El asesino hipocondriaco. Con ese título, ya os podéis imaginar que resulta irresistible.

Es un libro cortito, poco más de 200 páginas, divertido y muy original en su trama. Conocemos a un asesino a sueldo, M.Y. por sus siglas, que nos narra su misión: matar a Eduardo Blaisten. No sabe quién ha realizado el encargo ni por qué merece morir porque lo único que le preocupa a M.Y. es su muerte inminente y es el hecho de que no le quede más que un día de vida su principal obstáculo.

Sin embargo, esto no es nuevo. M.Y. es hipocondríaco, lleva años muriéndose todos los días de su vida, y sabe más de enfermedades que cualquiera. No solo de las suyas porque en el libro también habla de más hipocrondríacos de la historia, como Kant, Moliere, Voltaire o Tolstoi, así que el libro no es solo la aventura, y desventura continuada, de M.Y. por asesinar a Blaistein, sino un repaso por la historia de la literatura.

Si queréis leer algo corto, diferente y entretenido, apuntad. Este reúne los requisitos.

Una novela indescriptible, absurda, interesante, divertida, melancólica, didáctica... En mi opinión, una genialidad absoluta.
Capitulos muy cortos alternan las vicisitudes del señor Y con otros más didácticos donde se nos muestran anécdotas de autores que tienen algo en común con nuestro protagonista, la hipocondría, o al menos un cúmulo de desdichas y enfermedades (ficticias o no)
Tiene pasajes delirantes donde yo no podía dejar de reír, y otros en los que me daba tanta pena que me hubiera gustado entrar en el libro y dar un abrazo al protagonista.
Eso sí, debo avisar de que no creo que sea un libro apto para todos los sentidos del humor. Es bastante loco.
¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Un protagonista inolvidable, un protagonista al que, por momentos, no sabes si darle guantazos, abrazos o un ibuprofeno (siempre y cuando no sea alérgico, claro).

El señor Y es un asesino a sueldo que acaba de recibir el encargo de asesinar a Eduardo Blastein. Su enigmático cliente permanece en el anonimato pero eso no importa, debe cumplir con el encargo. Y debe hacerlo antes de morir, cosa difícil cuando la muerte del propio señor Y está tan próxima.

"No me queda más que un día de vida, después de haber escatimado quince millares a la muerte,
solo me resta uno más".
Juan Jacinto Muñoz Rengel, El asesino hipocondríaco

El señor Y convive con la inminencia de su muerte prácticamente desde su nacimiento. Aquejado de innumerables enfermedades, síndromes y males de diversa índole, despierta cada día sorprendido de seguir vivo y convencido de que va a ser el último. de origen argentino, el señor Y vive en Madrid, rodeado de aparatos de respiración asistida, termómetros, barómetros, tensiómetros y todo tipo de instrumental para tratar de evitar lo inevitable.

El asesino hipocondríaco es una novela en torno al asesinato de un hombre y el misterio de la identidad del cliente que ha hecho el encargo. Una narración en primera persona marcada por la obsesión del protagonista con su propia muerte y la incertidumbre creciente del lector que, descubriendo una a una las enfermedades que aqueja, se sorprende de que cuente con un nuevo día y duda de su capacidad para cumplir el encargo.

"Esta mañana, cuando me he despertado, he creído durante dieciocho minutos que por fin había muerto de una vez por todas".
Juan Jacinto Muñoz Rengel, El asesino hipocondríaco
La novela, de corte criminal, está salpicada de un humor inteligente que hace sonreír al lector mientras imagina a este desventurado asesino perder una a una todas las oportunidades de poner fin a la vida de Blastein. Además, el lector descubrirá cómo otros notables escritores y pensadores compartieron los mismos males que el señor Y, como Edgar Allan Poe, Immanuel Kant, los hermanos Goncourt, René Descartes, Lord Byron, Molière y León Tolstói entre otros, que también vieron nublado su juicio y mermadas sus capacidades por culpa de la hipocondría.

Juan Jacinto Muñoz-Rengel también es autor de las novelas La capacidad de amar del señor Königsberg (Alianza de Novelas, 2021), El gran imaginador (Plaza & Janés, 2016), Premio del Festival Celsius a la Mejor Novela del año y El sueño del otro (Plaza & Janés, 2013). Ha escrito ensayos como Una historia de la mentira (Alianza, 2020), pero también microrrelatos como El libro de los pequeños milagros (Páginas de Espuma, 2013), de mecánica y alquimia (Salto de Página, 2009), Premio Ignotus al mejor libro de relatos del año, y 88 Mill Lane (2006), Pink (2012) y Colapso (2017) publicados en el sello digital Flash, de Penguin Random House. Ha coordinado y prologado las antologías de narrativa breve La realidad quebradiza (Páginas de Espuma, 2012), Perturbaciones (Salto de Página, 2009) y Ficción Sur (Traspiés, 2008).
Enlace: http://lacopela.blogspot.com..

La verdad es que con este libro me he reído mucho.El hecho de que el protagonista sea hipocondriaco le lleva a sufrir innumerables peripecias sin poder llevar a cabo sus misión de asesino profesional.
Entretenido para pasar un rato lo recomiendo para meter entre lecturas más densas y relajarse un rato.

El asesino hipocondriaco- Juan Jacinto Muñoz Rengel

Sinopsis: El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida. ..En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espasmo Profesional...Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios, que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento...Una inteligente y divertidísima novela que aúna intriga, obsesión, asesinato y amor incondicional por la literatura.

Opinión: La verdad es que tanto el título como la portada me llamaron mucho la atención pero, si bien el libro es entretenido, hay momentos en los que se hace pesado. Intercala la historia con datos, que aunque pueden tener algun tipo derelación no aportan nada a la trama, y a mi en particular me sobraban. No es que sea una gran historia ni esperes reirte a carcajadas pero es una lectura entretenida y para pasar el rato.