El asesino hipocondríaco

“La medicina es sólo el arte de entretener al paciente, y yo diría que a expensas de socavar su estado de ánimo y lo poco que le quede de su buena salud” ~ El asesino hipocondríaco de Juan Jacinto Muñoz Rengel.

La primera vez que leí a este autor fue con La capacidad de amar del señor Königsberg, un libro con un toque surrealista que me hizo pasar ratos muy divertidos. Tenía que leer más, así que escogí El asesino hipocondriaco. Con ese título, ya os podéis imaginar que resulta irresistible.

Es un libro cortito, poco más de 200 páginas, divertido y muy original en su trama. Conocemos a un asesino a sueldo, M.Y. por sus siglas, que nos narra su misión: matar a Eduardo Blaisten. No sabe quién ha realizado el encargo ni por qué merece morir porque lo único que le preocupa a M.Y. es su muerte inminente y es el hecho de que no le quede más que un día de vida su principal obstáculo.

Sin embargo, esto no es nuevo. M.Y. es hipocondríaco, lleva años muriéndose todos los días de su vida, y sabe más de enfermedades que cualquiera. No solo de las suyas porque en el libro también habla de más hipocrondríacos de la historia, como Kant, Moliere, Voltaire o Tolstoi, así que el libro no es solo la aventura, y desventura continuada, de M.Y. por asesinar a Blaistein, sino un repaso por la historia de la literatura.

Si queréis leer algo corto, diferente y entretenido, apuntad. Este reúne los requisitos.