El asesino hipocondríaco

Definitivamente este ha sido el libro del confinamiento. Necesitaba leer algo ligero, que no me hiciera pensar, divertido y entretenido. ¡Y todos los requisitos los ha cumplido! Es un thriller diferente: narrado en primera persona por M.Y., un asesino extravagante, hipocondríaco, kantiano, divertido y con muy mala suerte, que nos describe sus hazañas y sus intentos de asesinar a su último objetivo, al tiempo que burla a la muerte, nos cuenta su historial de enfermedades y síndromes variopintos y nos descubre otros escritores muy conocidos que también sufrían esas mismas desdichas. Ésa ha sido una de las cosas que más he disfrutado de la novela, conocer dramas y ninguna comedia de escritores de la talla de Descartes, Mary Shelley, Kant, Poe, Voltaire… Me ha parecido muy curiosa la forma en que el autor nos enseña cosas, que al menos yo, desconocía de estos autores y cómo lo hila con el personaje y la historia. El señor M.Y., que piensa que ya se acerca el final de sus días, debe acabar con el señor Blaisten, pero dadas las desgracias, el infortunio y la buena suerte de uno, que es la mala suerte del otro, el señor Blaisten suele salir inmaculado de cada intento de asesinato. Esto me ha recordado a alguna manera las peripecias de Coyote y Correcaminos, cómo uno acababa siempre huyendo de la muerte pese a los muchos intentos del otro, y esa rememoración me ha causado gracia. Otra de las cosas que más me ha gustado es el protagonismo de Madrid, de algunas estaciones de metro o de zonas que conozco muy bien y que, en época de confinamiento, me ha hecho echar un poco menos de menos esas zonas: Goya, Concha Espina, Moncloa o Retiro. Lo recomiendo para estos días, para épocas en las que no tengamos la cabeza para mucho lío o para leer en la piscina. Un libro ligero, entretenido, a ratos divertidos y que se puede leer en cualquier circunstancia o lugar.