Defensa cerrada

El segundo libro de la serie de Kostas Jaritos nos enfrenta a la resolución de dos asesinatos mientras el detective deberá lidiar con problemas de salud y asuntos familiares. Pero estos asesinatos tienen 'mucha miga' detrás, así que nuestro héroe se meterá en problemas otra vez.

Disfrutable, divertido, emocionante. Está segunda parte no defrauda y supera a la primera porque, tanto los casos, como la vida personal de Jaritos, se nos muestran de forma más compleja y amplia. Esa mordacidad que caracteriza a Jaritos es el condimento perfecto en cada capítulo. Encandila su inteligencia dentro de un sistema corrupto, jerárquico, que pone a prueba su paciencia, porque de alguna forma su universo no nos es ajeno. Conocemos Atenas y sus bajos fondos de la mano del teniente, reímos y nos desesperamos con él. En este libro se muestra aún más humano, con sus defectos y virtudes. No decepciona y deja con ganas de más. En el fondo sabes que esto solo puede ir a mejor.

Al terminar de leerlo me quedé con ganas de leer el siguiente libro, pero por el momento tendrá que esperar. Jaritos es un personaje con el que sientes empatía inmediatamente, la forma en que se salta las normas con tal de llegar a una resolución es genial.

Defensa cerrada (1998) es la segunda novela de la serie del inspector Kostas Jaritos, en mi opinión mucho mejor que la primera (Noticias de la noche).

¿Por qué nos cae tan bien Jaritos? Yo diría que porque es un héroe gris, un tipo con muchos defectos que no trata demasiado bien a sus subalternos (aunque éstos parece que se lo perdonan), que vive en una constante guerra de guerrillas con su mujer, que descuida su alimentación y su salud… En fin, un ser imperfecto. Ni siquiera se puede decir que sea un brillante investigador, ya que comete errores y olvidos imperdonables, aunque sí es un trabajador constante y, sobre todo, honesto.

“Deja mis prejuicios en paz, pienso. Un poli sin prejuicios no es poli ni es nada”.

En esta ocasión nos lo encontramos pasando unas modestas vacaciones en una isla del Egeo, en casa de unos familiares de su esposa. Un movimiento de tierra deja al descubierto el cadáver de un hombre asesinado al que le han borrado las huellas dactilares.
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