No sabes cuánto significó tu amistad para mí. Quiero agradecerte en este momento todo el cariño sincero que me has dado siempre.
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No sabes cuánto significó tu amistad para mí. Quiero agradecerte en este momento todo el cariño sincero que me has dado siempre.
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Había trabajado los dos últimos años con empeño y determinación, cometiendo muchos errores y aprendiendo de ellos. Y habia obtenido su recompensa. Había enseñado algo a sus alumnos, pero tenía la sensación de que ellos le habían enseñado mucho más... Le habían dado lecciones de ternura, contención, sabiduría inocente y acervo popular infantil. Tal vez no hubiera conseguido “inspirar” en los niños ninguna ambición deslumbrante, pero les había enseñado, más con la dulzura de su personalidad que con todas sus reglas premeditadas, que era conveniente y necesario que vivieran los años que tenían por delante siendo amables y buenos, aferrándose a la verdad, la cortesía y el cariño, alejándose de todo lo que oliese a falso, mezquino y vulgar. Es posible que no fueran en absoluto conscientes de haber aprendido estas lecciones, pero las recordarían y practicarian mucho después de haber olvidado el nombre de la capital de Afganistán y las fechas de la guerra de las Dos Rosas.
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Pero un corazón roto en la vida real, Ana, no es ni la mitad de malo que en los libros. Se parece mucho a una muela picada... aunque el símil no te parezca demasiado romántico. De vez en cuando duele y te hace pasar la noche en vela, pero entre medias te permite disfrutar de la vida, los sueños, los ecos y el cacahuete tostado con caramelo como si no pasara nada. Y ahora pones cara de desilusión. Ya no te parezco ni la mitad de interesante que hace cinco minutos, cuando me creías prisionera de un trágico recuerdo valientemente escondido detrás de las sonrisas... Eso es lo peor... o lo mejor... de la vida real, Ana. Que no te deja ser desgraciada. Siempre intenta que te encuentres a gusto... y lo consigue... incluso cuando te empeñas en ser infeliz y romántica.
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Fue como si un velo se levantara de su conciencia y le revelara realidades y sentimientos insospechados. Quizá, al fin y al cabo, el amor no llegaba a la vida con boato y estruendo de trompetas, galopando como un vistoso caballero andante; quizá se acercaba tranquilamente y sin alborotar, como un antiguo amigo; quizá, aparentemente, se expresaba en prosa hasta que un rayo de luz atravesaba de repente sus páginas y delataba el ritmo y la música; quizá... quizá... el amor se desplegaba con naturalidad a partir de una hermosa amistad, como se abre la rosa de corazón dorado en su vaina verde.
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Hay una cosa buena en este mundo, y es la seguridad de que siempre habrá más primaveras.
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-Bueno, no se puede abandonar la costumbre de ser niña de golpe-dijo Ana alegremente-. Ten encuenta que fuiste pequeña catorce años y no llevo ni tres siendo mayor.
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Las fantasías son como sombras… No las puedes encerrar en una jaula: son caprichosas y danzarinas.
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"Y también pienso que las violetas son pequeños recortes de cielo que caen cuando los ángeles cortan los agujeritos por donde brillan las estrellas."
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-Después de todo -le había dicho Ana a Marilla una vez-, creo que los días más hermosos y dulces no son aquellos en los que ocurren cosas espléndidas, maravillosas o excitantes, sino simplemente los que nos traen pequeños placeres sucesiva y suavemente, como perlas que se sueltan de un collar.
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En este mundo tiene que haber gente de todas clases, como he oído a menudo, pero creo que hay algunas que no hacen falta.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?