Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
Fue como si un velo se levantara de su conciencia y le revelara realidades y sentimientos insospechados. Quizá, al fin y al cabo, el amor no llegaba a la vida con boato y estruendo de trompetas, galopando como un vistoso caballero andante; quizá se acercaba tranquilamente y sin alborotar, como un antiguo amigo; quizá, aparentemente, se expresaba en prosa hasta que un rayo de luz atravesaba de repente sus páginas y delataba el ritmo y la música; quizá... quizá... el amor se desplegaba con naturalidad a partir de una hermosa amistad, como se abre la rosa de corazón dorado en su vaina verde.
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