China Miéville es uno de esos autores cuya imaginación no tiene límites. Siempre lleva a buen puerto esas historias que solo él es capaz de crear. El azogue, esta novela corta, es alucinante. Basada en una cita de un libro de Jorge Luis Borges, El libro de los seres imaginarios, esta historia nos presenta un Londres invadido por seres salidos de los espejos. Nuestros reflejos —imagos— nos odian y van a por todo el mundo. Los ambientes, las sensaciones, mientras acompañamos a Scholl, nuestra suerte de héroe, por aquellas calles y observamos a esos seres en un Londres en ruinas, solitario, donde no sabes lo que te espera, te mantienen en vilo desde el primer momento. Un 'imago' se encarga de narrar su versión, los porqués de esa guerra contra los seres humanos y poco a poco accedemos a la revelación del misterio. Pero hay algo más que la emoción y los ambientes; es ese estilo particular, esa manera de configurar la historia, de centrarse más en los comportamientos de sus personajes, que en esos 'grandes momentos'. La 'gran verdad', la 'gran revelación' no es el El azogue, al fin y al cabo, tan importante como el viaje en sí, como la idea de poner los pies dentro de esa historia y empezar a caminar (y a aterrorizarte y sorprenderte) por ese mundo de pesadilla que todo lo transforma. + Leer más |