- ¿ Qué sospechaba Ambrosede ti ? - Todo. Que le era infiel y cosas peores. - ¿ Qué puede ser peor que la infidelidad ? |
- ¿ Qué sospechaba Ambrosede ti ? - Todo. Que le era infiel y cosas peores. - ¿ Qué puede ser peor que la infidelidad ? |
La cuestión es que la vida hay que soportarla y vivirla. Lo complicado es cómo vivirla. El trabajo diario no presenta dificultades. [...] Nadie sabrá jamás la carga de culpabilidad que llevo sobre los hombros ni que todos los días, perseguido por la duda, me hago una pregunta para la que no tengo respuesta. [...] ¡Qué suave y tierno suena su nombre cuando lo digo en voz baja! Remolonea en la lengua, lento e insidioso, casi como veneno, que sería lo más parecido. Pasa de la lengua a los labios resecos y de los labios vuelve al corazón. Y el corazón controla el cuerpo y también la cabeza. ¿Alguna vez me veré libre de él? [...] Al menos dejaré un legado de belleza cuando me muera. Pero no es natural que un hombre esté solo y enseguida todo se le vuelva perplejidad. Y de la perplejidad a la fantasía. Y de la fantasía a la locura. |
Ahora no me ocultaba nada Rachel, mi tormento.
|
Juré que todo lo que Ambrose hubiera pagado en dolor y sufrimiento se lo devolvería a la mujer que los había causado.
|
Juré que todo lo que Ambrose hubiera pagado en dolor y sufrimiento se lo devolvería a la mujer que los había causado.
|
La verdad era una cosa intangible, invisible, con la que tropezábamos algunas veces sin llegar a reconocerla, y que solo la encontraban, la guardaban y la entendían los ancianos que se aproximaban a la muerte y, a veces, los muy puros o muy jóvenes.
|
Un día llegarás a conocer la felicidad que conocí yo una vez.
|
Nosotros vamos a las guerras y a las batallas, señor Ashley, pero las mujeres también saben luchar.
|
La cuestión es que la vida hay que soportarla y vivirla. Lo complicado es cómo vivirla.
|
Ella se volvió, se levantó inmediatamente y se acercó a mí. […] La mujer que me perseguía día y noche, que me obsesionaba en las horas de vigilia, que me inquietaba en sueños estaba ahora a mi lado. La primera impresión fue una conmoción […].
|
Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.