Dice la leyenda que la
Dama Blanca es una figura femenina vestida de blanco impoluto que se aparece a aquellos que están a punto de morir para ayudarles en el tránsito. Ahora “
Dama Blanca” es también la primera entrega de una nueva serie policíaca protagonizada por los detectives Yago Reyes y Aines Collado y ambientada en el levante valenciano.
Una joven de quince años es hallada muerta entre los arrozales de la localidad valenciana de Cullera. La investigación llevada a cabo por Reyes y Collado pronto centrará todas sus sospechas en el entorno más cercano de la víctima, lo que sacará a la luz terribles secretos que dinamitarán la vida de todos los implicados.
La novela cumple con creces con su misión de entretener. de fácil lectura y con un ritmo ágil, la alternancia entre personajes y los saltos temporales dotan a la historia de gran dinamismo. A pesar de que para los lectores acostumbrados a leer novela negra pueda resultar un poco predecible, en ningún momento decae el interés por conocer cómo se va a resolver la trama.
Los personajes son fácilmente reconocibles, personas normales de las que podrías encontrarte en cualquier momento de tu día a día, por lo que resultan muy familiares desde sus primeras apariciones. La pareja de policías protagonistas están condenados a entenderse. Me ha gustado como Yago no quiere conformarse con la incómoda situación que vive con su compañera, haciendo todo lo posible por intentar resolverla en pos de una relación más fluida que les ayude durante la investigación. Si bien es cierto que el comportamiento de Aines puede resultar un tanto extraño, incluso infantil, una vez que se desvela el porqué de su actitud, uno puede llegar a comprenderla.
La novela toca temas como el maltrato, la manipulación (y como esta puede llevar a convertirte en víctima de ti mismo, en un claro ejemplo de “el que juega con fuego se quema”) o las relaciones entre padres e hijos. ¿Hasta qué punto unos padres conocen a sus hijos? En ocasiones esas falsa imagen que proyectan de puertas para dentro hacen que la confianza depositada en ellos se vea traicionada con consecuencias devastadoras, lo que lleva a otro de los grandes temas de la historia, esa sensación de vacío que provoca en los padres la pérdida de un hijo.
Aunque tuve bastante claro quién era el culpable desde bien temprano, y no hubo ningún giro final que desmontase mi teoría, el final me resultó igualmente impactante, no ya por el quién, si no por lo repugnante de la situación que plantea, incidiendo de nuevo en el tema de las falsas apariencias y esa doble cara que en ocasiones resulta mucho más aterradora y que demuestra que el mal está mucho veces donde menos imaginamos.
Reyes y Collado volverán, y yo ya tengo ganas de saber que nuevos casos les esperan.